Campesinos oriundos de San Francisco Ocotlán, San Lorenzo Almecatla y Tlaltepango, se verán afectados por la construcción de los libramientos Norte y Poniente de Puebla, así como por el proyecto Aura en la junta auxiliar de Azumiatla. Con la premisa del mínimo de justicia con el máximo de beneficios, a los afectados se les pretendía pagar a 50 pesos el metro cuadrado, lo que a decir de los campesinos, es un robo.
El proyecto carretero será concesionado a una empresa española de nombre OHL, por un tiempo de 30 años, en el que se estiman ganancias por más de mil millones anualmente. Con lo que se vuelve clara la diferencia entre lo que se obtendrá y el dinero ofrecido a los campesinos. Cínicamente, el presidente de la empresa Juan Miguel Villar Mir manifestó lo siguiente: "No se puede perjudicar a la ciudad de Puebla por querer beneficiarse con la venta de estos predios. Nadie puede pretender que le paguen el doble de lo justo".
A su vez, el secretario de Comunicaciones y Transportes de la entidad, ha dicho que no se puede detener "el progreso" y que por encima de los intereses particulares está el proyecto.
Se tendría que ser muy inocente para creer que el motivo de la nueva carretera es el bien común de los poblanos. Aquí hay intereses particulares, claramente definidos. Lo demás son trampas y encubrimiento de los hechos. La historia nos da la razón en este punto: cuando en la ciudad de Puebla, se expropiaron terrenos, en lo que ahora es el centro comercial " Angelópolis", en su momento se dijo que era para poner un campo ecológico, aunque los árboles duraron poco tiempo y luego fueron removidos. Lo mismo sucedió cuando se expropiaron terrenos para ampliar la Volkswagen, fueron comprados a muy bajo costo( completamente distinto al valor que tienen hoy en día) y algunos de ellos, se dice, son propiedad del actual gobernador, Mario Marín.
Nociones como interés público, progreso, o bien común, no están fuera de tiempo o son universales. En estos casos responden a proyectos industriales y a intereses personales en los que la población es la directamente afectada, y en la que el susodicho "progreso" nunca llega. Por lo menos en Puebla, el bien común es un campo de golf, para el gobernador en turno.
Alejandro Velázquez Zúñiga
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Proyecto millonario pasa por San Francisco Ocotlán
Caso Angelópolis
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