El Acta Sherman de 1890 ha sido la piedra angular de la férrea tradición antimonopolios de Estados Unidos. Sin embargo, su aplicación en el campo deportivo ha sido peculiar pues por ejemplo, la Liga Mayor de Beisból (MLB, por sus siglas en inglés) no está sujeta a tal acta ni a las subsiguientes leyes antimonopolios que se han expedido, por no consistir el beisból un acto de comercio interestatal, sino un negocio que implica la exhibición de un juego, lo que consiste en un asunto de mera regulación estatal y por tanto inmune a la legislación federal, según el fallo de 1922 por parte de la Suprema Corte en el caso Federal Baseball Club v. National League.
En las últimas semanas, similares previsiones ha buscado ante la Suprema Corte la NFL, respecto al futból americano. El caso American Needle v. National Futball League se ha considerado el caso deportivo más importante en décadas, y ha sucitado no sólo el interés de otras ligas deportivas, sino de otras empresas como Visa y Mastercard, mismas que pueden ser vistas como una entidad única o una empresa conjunta (join venture) y que también han sido llevadas ante la justicia por acusaciones de monopolio, muy notoriamente en 2003, demandadas por Wal Mart, Sears y que devino en una indemnización por parte de Visa y Mastercard cercana a los 3 billones de dólares.
American Needle solía hacer cascos de la NFL hasta que en el año 2000 tuvo que dejar de hacerlo, porque NFL Properties, dependiente de la NFL, negoció un contrato de exclusividad con Reebok para la producción de parafernalia deportiva de los 32 equipos de la liga. American Needle demandó, pero tanto la Corte de Distrito como la Corte de Circuito de Apelaciones decidieron que para promocionar al futból americano, los equipos podían operar como "una entidad", sin necesariametne violar las disposiciones antimonopólicas. American Needle volvió a apelar ante la Suprema Corte, y ante los deseos de la propia NFL para establecer un criterio firme, la Corte decidió seguir el caso.
American Needle argumenta que los acuerdos entre equipos deportivos en los que se decide la forma en la que operarán en el mercado, son objeto de la legislación antimonopólica. En los alegatos orales de 13 de enero de éste año, el juez Breyer aseguró que los fanáticos son fieles a sus equipos y que no hay en realidad competencia en el mercado, a lo cual el abogado de American Needle respondió que eso sólo aplica para los fanáticos concienzudos, pero no para "un niño de 3 años que es facilmente convencible", a lo que el juez Breyer reviró "bueno, los niños de 3 años no tienen mucho dinero qué gastar..."
La discusión sin embargo fue acotada por el juez Scalia sobre la verdadera materia de la apelación: si los jueces inferiores se equivocaron al considerar a la NFL como una entidad única, y no en el impacto competitivo de tal medida. Sobre tal punto, el abogado de la NFL precisó que forzosamente deben actuar los equipos de forma colectiva, pues no pueden jugar futból americano por sí mismos, visión ingenua que el mismo Scalia no pareció aprobar y desdijo pues "el objetivo del negocio en discusión no es promover el juego, sino hacer dinero, lo que puede hacer cada equipo con sus propios fanáticos", punto sobre el que también acordó la jueza Sotomayor, pues "una vez que el objetivo es hacer dinero, y se fijan de forma unitaria los precios (sin ser por fuerza una sola entidad),eso es una violación a las leyes antimonopolios".
Así pues, y aunque aún no se decide el caso, parece ser que la Suprema Corte no otogará inmunidad antimonopolio a la NFL; de lo contrario, actuaría de forma por demás cándida, porque está más que claro que los intereses que preceden incluso al espectáculo deportivo, son los económicos, lo que implica que dichos intereses estén sujetos, evidentemente, a la regulación económica.
En las últimas semanas, similares previsiones ha buscado ante la Suprema Corte la NFL, respecto al futból americano. El caso American Needle v. National Futball League se ha considerado el caso deportivo más importante en décadas, y ha sucitado no sólo el interés de otras ligas deportivas, sino de otras empresas como Visa y Mastercard, mismas que pueden ser vistas como una entidad única o una empresa conjunta (join venture) y que también han sido llevadas ante la justicia por acusaciones de monopolio, muy notoriamente en 2003, demandadas por Wal Mart, Sears y que devino en una indemnización por parte de Visa y Mastercard cercana a los 3 billones de dólares.
American Needle solía hacer cascos de la NFL hasta que en el año 2000 tuvo que dejar de hacerlo, porque NFL Properties, dependiente de la NFL, negoció un contrato de exclusividad con Reebok para la producción de parafernalia deportiva de los 32 equipos de la liga. American Needle demandó, pero tanto la Corte de Distrito como la Corte de Circuito de Apelaciones decidieron que para promocionar al futból americano, los equipos podían operar como "una entidad", sin necesariametne violar las disposiciones antimonopólicas. American Needle volvió a apelar ante la Suprema Corte, y ante los deseos de la propia NFL para establecer un criterio firme, la Corte decidió seguir el caso.
American Needle argumenta que los acuerdos entre equipos deportivos en los que se decide la forma en la que operarán en el mercado, son objeto de la legislación antimonopólica. En los alegatos orales de 13 de enero de éste año, el juez Breyer aseguró que los fanáticos son fieles a sus equipos y que no hay en realidad competencia en el mercado, a lo cual el abogado de American Needle respondió que eso sólo aplica para los fanáticos concienzudos, pero no para "un niño de 3 años que es facilmente convencible", a lo que el juez Breyer reviró "bueno, los niños de 3 años no tienen mucho dinero qué gastar..."
La discusión sin embargo fue acotada por el juez Scalia sobre la verdadera materia de la apelación: si los jueces inferiores se equivocaron al considerar a la NFL como una entidad única, y no en el impacto competitivo de tal medida. Sobre tal punto, el abogado de la NFL precisó que forzosamente deben actuar los equipos de forma colectiva, pues no pueden jugar futból americano por sí mismos, visión ingenua que el mismo Scalia no pareció aprobar y desdijo pues "el objetivo del negocio en discusión no es promover el juego, sino hacer dinero, lo que puede hacer cada equipo con sus propios fanáticos", punto sobre el que también acordó la jueza Sotomayor, pues "una vez que el objetivo es hacer dinero, y se fijan de forma unitaria los precios (sin ser por fuerza una sola entidad),eso es una violación a las leyes antimonopolios".
Así pues, y aunque aún no se decide el caso, parece ser que la Suprema Corte no otogará inmunidad antimonopolio a la NFL; de lo contrario, actuaría de forma por demás cándida, porque está más que claro que los intereses que preceden incluso al espectáculo deportivo, son los económicos, lo que implica que dichos intereses estén sujetos, evidentemente, a la regulación económica.
Alfonso Galván Robles
Enlace:
[] Noticia: Wal Mart, gran beneficiada por el acuerdo con Visa y Mastercard
High Court Justices Wary of Granting NFL Antitrust Immunity