La cuestión de la legalidad del aborto en España, parece que tomará un giro inesperado; un proyecto de ley en dicha materia, propone no sólamente obligar a todos los hospitales para que realicen tal operación, sino que obligará a las universidades a incluir en sus planes de estudio la temática del aborto voluntario.
Dos universidades católicas ya se han opuesto a tal proyecto, y otras esperan a la aprobación de la ley, para señalar su posición. Dichas universidades han sido enfáticas en que sí enseñan la atención a abortos espontáneos y a complicaciones producto de un aborto voluntario, pero que no tienen intención de enseñar a realizar las interrupciones voluntarias del embarazo, a excepción de la Universidad Católica de Valencia, misma que sí toca esta temática si bien desde el criterio de "defensa de la vida".
Si la intervención estatal respecto a que las mujeres puedan o no disponer sobre su cuerpo es bastante polémica, el deseo del estado para obligar a las Universidades a seguir un determinado plan de estudio ya no sólo atenta con el espíritu crítico e independiente de cada universidad, sino que atenta contra la libertad de los estudiantes que no deseen aprender tales técnicas.
En efecto, no puede considerarse que el aprendizaje del aborto voluntario sea una parte esencial del ejercicio médico, por lo cual no debe obligarse a los alumnos a conocerlo; su oposición de conciencia -no regulada en ninguna ley española, pero reconocida por el Tribunal Constitucional- no puede ser ignorada, ya no se diga combatida de forma burocrática.
Si se considera inicuo obligar a una mujer a dar a luz a un producto no deseado, no vemos por qué no va a ser inicuo obligar a las universidades y a los alumnos a conocer tal técnica. Aquí lo que se intenta es acompañar al derecho de abortar con un cupón canjeable ante cualquier médico.
Dos universidades católicas ya se han opuesto a tal proyecto, y otras esperan a la aprobación de la ley, para señalar su posición. Dichas universidades han sido enfáticas en que sí enseñan la atención a abortos espontáneos y a complicaciones producto de un aborto voluntario, pero que no tienen intención de enseñar a realizar las interrupciones voluntarias del embarazo, a excepción de la Universidad Católica de Valencia, misma que sí toca esta temática si bien desde el criterio de "defensa de la vida".
Si la intervención estatal respecto a que las mujeres puedan o no disponer sobre su cuerpo es bastante polémica, el deseo del estado para obligar a las Universidades a seguir un determinado plan de estudio ya no sólo atenta con el espíritu crítico e independiente de cada universidad, sino que atenta contra la libertad de los estudiantes que no deseen aprender tales técnicas.
En efecto, no puede considerarse que el aprendizaje del aborto voluntario sea una parte esencial del ejercicio médico, por lo cual no debe obligarse a los alumnos a conocerlo; su oposición de conciencia -no regulada en ninguna ley española, pero reconocida por el Tribunal Constitucional- no puede ser ignorada, ya no se diga combatida de forma burocrática.
Si se considera inicuo obligar a una mujer a dar a luz a un producto no deseado, no vemos por qué no va a ser inicuo obligar a las universidades y a los alumnos a conocer tal técnica. Aquí lo que se intenta es acompañar al derecho de abortar con un cupón canjeable ante cualquier médico.
Alfonso Galván Robles
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[] Noticia: Yo sólo enseño aborto espontáneo.
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Que opinión tan estúpida. El punto no es que te obliguen a aprender algo que no quieres. Los que SÍ quieren aprender, no pueden porque los religiosos fundamentalistas no permiten que se enseñe este tipo de cosas en sus escuelas. Es más fácil ignorar una clase y no poner atención que tener que buscar cómo practicar un aborto en un libro o en alguna otra fuente.