La organización política está basada en una ficción. Una ficción es forma de pensamiento que sirve para explicar algún aspecto de la realidad. En el caso de la política, las sociedades modernas se sirven de la ficción del "contrato social", y del "estado de naturaleza", es decir, generalmente partimos del supuesto de que los seres humanos por sus propias convicciones son incapaces de mantener un estado de paz entre ellos, y que en ese "estado de naturaleza", el hombre es el lobo del hombre, como lo expresó el teórico Tomás Hobbes, en el siglo XVII. Ya que creemos en este supuesto, surge la necesidad de encontrar una forma de poder político, en la que cada persona transfiera su derecho a gobernarse a una asamblea o a unos representantes, para que sean ellos los que mantengan la paz social, que los hombres por sí mismos son incapaces de mantener.
Estas teorías del contrato social, surgieron relativamente a la par de las teorías sobre la soberanía, sobre la organización del poder político, y la división de poderes, lo que dio forma al estado contemporáneo. A algunos países está ficción les ha servido, y han realizado de forma eficiente tipos de organización política que les permiten erigir formas más democráticas de gobierno( el sistema parlamentario, por ejemplo), y también para conseguir una sociedad que es, en términos generales, más equitativa y justa en la distribución de los bienes(sin dejar de lado que muchas veces es a costa de otros países).
A lo que queremos llegar con esta reflexión es que la política está basada en un supuesto que damos por hecho: el estado de guerra en el que se encuentran los hombres y en consecuencia, la necesidad de transferir nuestra libertad a representantes encargados de mantener el orden un espacio geográfico. Sin que estos supuestos sean necesariamente ciertos, ya que simplemente sirven como una especie de guía política. Y si se contextualiza este pensamiento, nuestro país estaría doblemente equivocado, ya que por una parte da por hecho la necesidad de creer en esa ficción, y lo repite en gran cantidad de ocasiones, pero lo cierto es que esa ficción nisiquiera nos sirve para organizarnos como sociedad. Nos mantentemos en una creencia completamente infundada . Es bien sabido, que nuestros representantes y políticos son incompetentes, soberbios y además, que ni siquiera esa transferencia de nuestra capacidad para gobernarnos ha servido para mantener la paz social, y esto lo podemos ver a diario, con la llamada "guerra contra el narcotráfico", que no está más que perdida.
Esto a su vez, genera consecuencias, tanto en los que se empeñan en mantener esas creencias, aunque no nos sean eficientes( intelectuales, centros de investigación) , y también en los agentes que creen que ese no es el camino, y las formas que utilizan para exigir un replanteamiento( la izquierda). Hablaremos sobre estos dos asuntos en una próxima entrada.
Alejandro Velázquez Zúñiga
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