Una trama que se ha seguido con interés los últimos días, es la que se generó como consecuencia del atentado al futbolista paraguayo Salvador Cabañas, que aparte de ocasionar una pérdida irreparable para el equipo de Coapa, significó que saliera a colación la hipocresía de la sociedad mexicana y la estulticia de los legisladores capitalinos.
Por un lado, nunca faltan los implacables censores, con su moral catoniana que atribuyen de forma por demás ilógica el crimen, a la falta de cumplimiento de la legislación de establecimientos mercantiles, en el entendido de que el lugar no cumplía con el horario de cierre ni con las normas de protección civil. Y nos preguntamos, cuál es el nexo causal del horario o que no existan salidas de emergencia o tal vez extintores y el plomazo al Mariscal Cabañas.
Debemos partir del siguiente punto: en realidad, no tiene sentido controlar mediante leyes, el horario de funcionamiento de los llamados giros negros, ni prohibir fumar en estos establecimientos, así como limitar la venta de bebidas alcohólicas. Y esto simplemente es porque la población, fácticamente rechaza dichas medidas, no le parecen importantes para mantener la cohesión social o el orden público. Cualquiera que quisiera comprobar lo anterior, le bastaría con asistir a cualquier antro o bar, y se daría cuenta que es letra muerta la Ley de establecimientos mercantiles, en cuanto a las prohibiciones mencionadas.
Pero para continuar con la hipocresía, están los asambleístas ávidos de aumentar los mamotretos legales y establecer prohibiciones absurdas pero sumamente ventajosas y lucrativas para los funcionarios que las aplican. Y en este sentido, apenas el día 26 de enero se pública en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, otro lastre para el desarrollo de la ciudad y una carga más para su presupuesto: el decreto que expide la Ley del Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal.
Con esto, se crea un órgano descentralizado que tendrá la función de hacer visitas de verificación en diversas ramas administrativas, aunque anteriormente ya tenían esta competencia las delegaciones políticas. Una vez más se hace gala del “derecho administrativo al estilo mexicano”, que no tiene entre sus principios de técnica jurídica el de no duplicación de funciones.
Mauricio Gutiérrez González
Enlace:Mauricio Gutiérrez González
Gaceta del D.F. 26 de enero de 2010.
sI Estoy de acuerdo, las leyes no son el problema sino de quien las aplica, als facultades de las delegaciones es la supervision, aun asi creo que el problema central es la falta de seguridad en dichos giros mercantiles, y la portacion ilegal de armas, eso es lo que mas se deberia de penar, ya que los centros nocturnos se hicieron apra divertir no para matar