He estado vendiendo cadáveres de mis sueños al empresario capitalista, subastando lo que queda de libertad al impostor empresario frio e impersonal ¿es que me transformé en un error del sistema? Anhelando personalidad e individualidad en lugar de ser una extensión más de la empresa. Sí, miro a mis compañeros con el cerebro vacío y decorado con falsedad y egoísmo, pretendiendo hacerse parte de una “filosofía de ventas”; ah, pero que dificultoso luchar, cuando es cómoda mediocridad verse envuelto en publicidad y comodidades del materialismo “pan y circo” y me encontré transformado en un bufón que les vende un poco de circo a cambio de obtener miserable pan. Hay que correr, huir antes de que la falsedad termine por alcanzarme y decida vestirme con casimir sintético y una falsa sonrisa agradeciendo su compra y esperando vuelvas pronto; sin mayor oportunidad que morir de hambre en la libertad absoluta de ser o estar encarcelado en la comodidad de comprar en el super o pero aún adquirir lo necesario por este medio… Internet.
Y Ahora que miro estas notas descubro de manera falaz una etapa que me hizo descubrir el meollo del asunto… ¿Es necesario ser parte del sistema? ¿Sólo en el sistema seremos felices? ¿la ignorancia de la libertad es el mal común? recuerdo “El inquisidor” de Fedor Dostoyevsky en donde somos criticados a modo marxista de masa y carentes de decidir, y en lugar de entregar nuestra libertad para evitar que conviertan el pan en piedra, entregamos tiempo, individualidad, persona y hasta sueldo por que nos digan que pensar, que comer o donde comprar, dejando de lado a Dios y la familia y sobre todo: Nosotros mismos.
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