Este 11 de marzo de 2011 el presidente Calderón participó en la reunión plenaria de los consejeros de Banamex, reunión a la que acudió Álvaro Uribe (el expresidente, no el catedrático) y Fernando Henrique Cardoso, expresidente de Brasil.
Felipe Calderón inició su alocución como todas: “amigas y amigos”, con toda la carga de desconfianza que, según la recta razón, nos debe generar un zalamero que emplea esa palabra tan a la ligera. Pero bueno, no por algo tan burdo podemos desacreditar su intervención. Mejor procedamos a desacreditarla con estos dos párrafos:
“[…] Yo pienso que hay muy buenas noticias sobre la economía mexicana. No es la primera vez que lo digo, pero sí es, quizá, de las primeras veces que no me van a decir que soy un optimista, pero la verdad es que la economía está bastante bien […]
"Ninguna economía puede avanzar, ni siquiera principalmente por el empeño de Gobierno. Avanza fundamentalmente por la fuerza de su sector productivo, algunas veces con el apoyo del Gobierno, otras veces sin el apoyo del Gobierno y algunas otras más aún en contra de los esfuerzos del Gobierno, como ha ocurrido en México en algunas ocasiones y ocurre en muchos países en el mundo. Así que ésta es la razón, y me congratula que lo más nutrido del sector productivo nacional esté aquí.”
"Ninguna economía puede avanzar, ni siquiera principalmente por el empeño de Gobierno. Avanza fundamentalmente por la fuerza de su sector productivo, algunas veces con el apoyo del Gobierno, otras veces sin el apoyo del Gobierno y algunas otras más aún en contra de los esfuerzos del Gobierno, como ha ocurrido en México en algunas ocasiones y ocurre en muchos países en el mundo. Así que ésta es la razón, y me congratula que lo más nutrido del sector productivo nacional esté aquí.”
Entonces, Calderón suele repetir con enfermiza fijación que la economía mexicana va bien, pero por fin en esta ocasión ya no le van a decir optimista. Con la adecuada hermenéutica, aquí acaba de reconocer que en otras ocasiones ha mentido de forma descarada, y que sólo hasta ahora lo que dice tiene parangón con la realidad (según él).
Después dice que ninguna economía puede avanzar con el gobierno como fuerza principal, sino por el sector productivo. “A veces con apoyo del gobierno”, “a veces sin el apoyo del gobierno”, y otras veces “aún en contra del gobierno”. Bendito sea Dios que la iniciativa privada, noble y generosa, resiste a los embates del gobierno, y su progreso no presupone un gobierno eficiente (una oda al neoliberalismo: al sector productivo le viene y le va lo que haga el gobierno y es artífice del orden económico de un país).
Y todo esto no sólo pone feliz al presidente; no sólo lo pone al borde del éxtasis, no; el presidente, él, él solito, se “congratula”, es decir; congratular es externar felicidad a otra persona a quien le ha acontecido un suceso feliz. Bueno, pues este esquizoide se “externa” a sí mismo la felicidad de lo feliz que él solito se puso por lo que le pasó, que fue. por supuesto, estar ahí. Y no es molestar con el lenguaje; es que no cabe el uso de palabras que no se conozcan, a tan altos niveles, donde existen los recursos para pulir el discurso. Total que ni en la forma ni el contenido podemos congratular a nadie por esta aburrida participación del ejecutivo federal.
Enlace:
El discurso completo: http://www.presidencia.gob.mx/?DNA=42&page=1&Contenido=63876