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jueves, 17 de marzo de 2011

Entrevista al General en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo, nuevo titular de seguridad de Q. Roo.

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Torreón, Coah. El general en retiro Carlos Bibiano Villa Castillo no se anda por las ramas: “Para rescatar Torreón hay que meterle huevos”. Es el director de Seguridad Pública y, sin ambages, precisa: “El personal militar está adiestrado para el combate. No se raja. Hemos tenido civiles que a la hora de los chingadazos se les frunce. Antes aquí correteaban a los policías, ahora ni madres, los correteamos a ellos y donde los alcanzamos los matamos. Aquí hay que romperle la madre al cabrón que ande mal”.

El pasado 2 de marzo, en un operativo similar, sufrió una emboscada. Hombres armados que viajaba en cinco camionetas lo interceptaron y dispararon más de 500 balazos. El blindaje número seis de su camioneta le salvó la vida. Seis policías quedaron heridos. No es la primera vez que intentan matarlo desde que asumió el cargo, pero esta vez supo que uno de los suyos lo traicionó: “¿Quién fue?... Si supiera ya lo hubiera matado al cabrón. Los que nos venden no merecen vivir”.

Al arrancar el operativo aclara: “Me gusta la adrenalina. Venir a patrullar. Cuando agarro a un Zeta o Chapo lo mato. ¿Para qué interrogarlo? Que le vaya a decir a San Pedro lo que hizo. El Ejército tiene seguridad e inteligencia, no necesita información. El día que ellos me agarren a mí no me van a agarrar a besos. ¿Verdad? Me van a hacer pedazos. ¿Y qué? A eso estoy expuesto. El día que me toque, allí nos amarramos y punto”.

Dice conocer bien al enemigo; tanto, que durante el recorrido los va escuchando en una frecuencia de radio clandestina que ha captado. Claramente se oye a los delincuentes dar cuenta paso por paso del operativo: “Ahorita ya saben por dónde vamos. Transmiten de todas partes. Los taxistas les avisan, son sus halcones. A mí me dicen ‘el viejillo loco’. Esos hijos de la chingada no respetan a nadie”.

El año pasado, la Comarca Lagunera formada por Torreón, Coahuila; Gómez Palacio y Lerdo, Durango, fue la segunda plaza más violenta del país después de Ciudad Juárez, con 689 homicidios relacionados con el narcotráfico.

En Torreón se han duplicado los homicidios y las matanzas en bares y discotecas. A partir de 2008 Los Zetas se apoderaron de la plaza logrando corromper a la mayoría de los policías. Cuando el general llegó a su puesto despidió a más de 500 elementos. Hoy tiene a mil 14 a su cargo: “El cabrón que no quiera trabajar, a chingar a su madre. Punto. Aquí se paga bien (8 mil pesos). Logramos tres objetivos: darle casa a cada policía, seguros médicos mayores y un seguro de vida de 700 mil pesos. De modo que el que quiera cobrar el seguro de vida, pos que se muera”.

La ciudad está dividida en nueve zonas altamente conflictivas, en especial las más pobres, convertidas ahora en campo de batalla. Los cerros están cubiertos de casas paupérrimas y forman parte del mayor cinturón de miseria. La polvareda del desierto se levanta ante el paso ostentoso del convoy. La gente lo mira con recelo, apura el paso y se mete de inmediato a sus viviendas. En pocos minutos las calles quedan desiertas.

Nos adentramos en el Cerro de la Cruz, único enclave controlado por Los Chapos. Hay sólo una calle asfaltada, el resto son escalinatas. Un auténtico laberinto que hace más difícil el trabajo de los policías. El lugar está lleno de halcones y es propicio para emboscadas. Los jóvenes en las esquinas ni se inmutan ante el paso de la autoridad: “son de los mismos”, dice el general que desde que llegó a su puesto ha perdido a seis policías en combate y sostenido 76 enfrentamientos con los delincuentes: “Lo que pasa es que esos cabrones nunca dan batalla. Nomás rafaguean y huyen. La ventaja de nosotros es nuestro armamento: tiro a tiro, pero bien apuntado. Por eso les hacemos muchas bajas. Hemos matado a unos 200”.

–Seis bajas, frente a 200... ¿Eso quiere decir que van ganando la guerra, como dice Felipe Calderón?

–El problema es que matamos unos y salen más, levantamos otra piedra y salen más... Civiles han muerto muy pocos. Nosotros siempre tiramos a matar al narcotraficante. Nunca al civil. En cuanto ellos ven que empieza la balacera corren y todos pecho a tierra y a cuidarse”.


El siguiente enclave habitacional de miseria es la colonia San Joaquín, llena de callejones: “Son lugares propicios para una emboscada. De aquí está cabrón salir. Desde los cerros se atrincheran y nos tiran, pero ahora traemos armamento de largo alcance con mira telescópica. Ya podemos darle a un cabrón que esté a un kilómetro de distancia. Nomás los vemos caer... Ya se perdió aquella ética que tenía el sicario o el narco, ahora son asesinos. Antes tenían ética hasta para matar, ahora llegan y hacen pedazos”.

El Cerro de las Noas, famoso por el Cristo protector, es escenario ahora de las más cruentas batallas. Por los recovecos de la colina convertida en búnker de Los Zetas se atrincheran los francotiradores: “El otro día nos tocó ir a matar allí a seis cabrones y los matamos. ¿Cuál es el problema?



–¿Y eran Zetas o Chapos?



–Zetas.



–¿Cómo sabe? no los interroga, ni habla con ellos...



–Lo supimos porque nos habían robado unas armas, y allí las localizamos.



–Hay leyes, general. Usted decide quién debe morir o vivir... ¿no cree que eso lo decide Dios?



–Pues sí, pero hay que darle una ayudadita.



–Si se le acerca uno de esos para hablar...



–Allí mismo lo mato. Yo me lo chingo.



–¿Mata, luego averigua?



–Así debe ser. Es un código de honor.



Para el general, los derechos humanos son algo que “no funciona como debe”. Dice que el trabajo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es bueno, pero “no cumple sus funciones”. Debería proteger al lastimado y parece que defiende al delincuente”.

Después de hora y media de patrullaje ordena volver al cuartel. Al lado de su oficina habilitó un lugar para vivir. Tiene una cama, aparatos para hacer ejercicio y un baño sauna: “Trabajo todo el año, domingos, festivos. No tomo vacaciones. ¿El esparcimiento?... Mi esparcimiento son las mujeres. Hoy en la noche tengo pelea cuerpo a cuerpo en un ring, que es una cama. ¿Quién gana? Ellas, yo les doy chance a las mujeres”.

Tiempo después de la entrevista se difundió información de que el general en retiro sería transferido a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Quintana Roo.

Enlace:

[] Noticia: ¿Si agarró un Zeta, lo mató, para qué interrogarlo?

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