"Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de las dádivas, sino con el de la misericordia." dice una frase, del Quijote de Cervantes, pegada en las paredes de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal. Causa extrañeza como el Quijote, una figura heroica en sus propios sueños, esté tan cercano en frases, pinturas y esculturas en el ámbito jurídico mexicano.
Cuando se dio a conocer la propuesta del sector patronal para modificar la Ley Federal del Trabajo, uno de los aspectos que más ruido causo fue el de limitar la generación de salarios caídos(los que percibe el trabajador desde que es despedido, hasta que obtiene un laudo o "sentencia" a su favor) a los seis meses. La razón original del pago de los salarios caídos es una consecuencia natural del que es quizás el principio más importante en la legislación laboral: la estabilidad en el empleo. Significa que el patrón no puede despedir al trabajador más que por una causa justificada-que el mismo debe probar- a fin de darle seguridad al trabajador de no ser separado por cualquier razón arbitraria.Si se asume esto, el patrón al despedir injustificadamente está obligado a pagar los salarios como si nunca se hubiera roto la relación de trabajo, porque no debió romper su estabilidad en el empleo. Así explicado, se entiende lo desfavorable que puede resultar para un trabajador las nuevas reglas propuestas. ¿Y qué hay de los abogados? Suena duro, pero ellos viven de los problemas de los demás.En el ámbito del derecho del trabajo es una práctica común la de generar una gran cantidad de demandas en contra de empresas, algunas con justificación otras, sin ninguna, y hacer un convenio en el menor tiempo posible. De esa forma, el abogado del trabajador obtiene su sustento diario, y el abogado patronal se evita perder un juicio por una cantidad mucho mayor. El trabajador, obviamente, queda en medio. El convenio se firma por una cantidad menor de la que correspondería en juicio, de lo cual el trabajador puede estar conciente en ocasiones( se presta para presentar demandas) y otras, simplemente no tiene otra opción que aceptar el dinero que le den. ¿Qué pasará con los abogados cuando los salarios caídos no den para más de seis meses? Seguramente sólo los despachos más grandes podrán sobrevivir, y en términos generales, si de por sí la defensa al trabajador es deficiente en una gran parte de los casos, ahora ni siquiera será un negocio, con lo que podría ser aun peor. Pocos querrán entrar a la defensa de la clase obrera en los juicios.
Cómo se puede ver, por todos lados, la situación está podrida. Es increíble como los trabajadores- a cualquier nivel- no tenemos ni idea de las prerrogativas que nos ofrece la Ley Federal del Trabajo, ley que por cierto, está impregnada de la idea de defensa al trabajador en contra de la desigual situación en la que se encuentra con respecto al patrón. Y aquí unos cuantos, como algunos patrones ha encontrado la forma de burlar la ley, como muchos trabajadores, o sus abogados, o los dos en conjunto, han encontrado la forma de sacarle el mayor provecho y lucro a una ley hecha para defenderlos.