Ante la indignación sobre el caso de la guardería ABC y el análisis que la Corte hizo de él, también nos debe indignar el barato eufemismo que utilizó el órgano jursidiccional con mayor jerarquía del país.
Como la mayor parte de los mexicanos, hemos de confesar que no leímos el dictamen de la Corte, por eso no nos pronunciaremos sobre el fondo de éste. Empero, es insultante la forma burda en cómo los ministros quisieron atenuar sus "efectos".
Como fue ampliamente difundido, el proyecto del ministro Zaldivar, adjudicaba a altos funcionarios de los tres órdenes de gobierno, el adjetivo calificativo responsable(s), de lo que se infiere que estos servidores públicos tenían que responder o estaban obligados ante la desgracia.
Pero el disgusto de los otros ministros por el uso de esa palabra, hizo que hábilmente utilizaran todos sus conocimientos en retórica y echaran mano de la figura que da titulo a estas líneas y la cambiaran de forma por demás afortunada, por el cuasisinónimo involucrado(s). [participio del verbo involucrar y utilizado gramaticalmente para asimilarlo a un adjetivo].
Transcribamos el significado que da el Diccionario de la Real Academia Española de las dos palabras utilizadas por los grandes lingüistas de la Corte, para darle énfasis a la similitud que existe entre ambas.
responsable
(Del lat. responsum, supino de respondĕre, responder)
1. adj. Obligado a responder de algo o por alguien. U.t.c.s.
involucrar.(Del lat. involūcrum. envoltura).
1. tr. Abarcar, incluir, comprender.
3. tr. Complicar a alguien en un asunto, comprometiéndolo en él. U.t.c. prnl.
Y lo que más nos debe sorprender, es que para el descubrimiento y uso de este eufemismo, los ministros gastaron varias sesiones y horas completas de análisis ¡Faltaba más, ellos no se toman a la ligera su trabajo!
Claro es, que esta felonía no justifica las cándidas esperanzas de algunos periodistas y columnistas, esperanzados en que la Corte se pronunciara de forma severa en contra de los pícaros funcionarios. Si estos inocentes periodistas tuvieran memoria, hubieran esperado el manido y frívolo dictamen de la SCJN.
Pero no sólo son los aporreadores de teclas los que le hacen el juego al órgano judicial, también los vanagloriados investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, entran a este macabro juego.
El doctor Lorenzo Córdova Vianello, hace patentes sus conocimientos, y nos demuestra que no es suficiente el sentido común para llegar a semejantes elucubraciones.
En su columna del dieciséis de junio de dos mil diez, el doctor de la Universidad de Turín concluye que es un despropósito constitucional la facultad de investigación que confiere el artículo 97 a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y es un sinsentido esta facultad -menciona el investigador-, por dos razones: los efectos de las resoluciones nos son vinculantes y por otra parte ya existe la institución que vela por los derechos humanos y que debería ser la que tuviera la facultad de investigación a la violación grave a las garantías individuales: la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Como bien nos dice el abogado Córdova, los dictámenes de la SCJN, no tienen efectos vinculatorios. En cambio la CNDH emite recomendaciones, que tienen un "gran peso moral", y es ese gran peso moral el que todos los mexicanos deseamos que caiga sobre los funcionarios relacionados con violaciones a los derechos humanos.
Y es este el punto medular de todo el concienzudo estudio de uno de los Dioses de la Ciencia Jurídica: ninguna de las resoluciones (llámese recomendación o dictamen) de los dos citados órganos es vinculante, pero sin duda sería un gran avance que la facultad atribuida a la Suprema Corte de Justicia de la Nación pasara a manos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. (Es decir, hacerle al Tío Lolo...)
¡Increible que a nadie se le haya ocurrido esta propuesta baladí!
Enlace:
Columna de Lorenzo Córdova Vianello: http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48730.html