Por lo general, un espacio autónomo se define por la capacidad que tiene de trabajar sin el apoyo institucional, en cualquier rama del estado, o bien, que guarda una separación con algún corporativo multinacional. En cuanto a la horizontalidad, se entiende que las decisiones de un grupo son tomadas por todos los miembros del mismo sin que una persona o una fracción decidan y ordenen que es lo que se debe hacer.
Estas prácticas deben ser analizadas y no recitadas a riesgo de que quienes lo hagan se vuelvan los "lugarcomunistas" de esta generación.
¿De qué sirve un espacio "autónomo" u "horizontal" si uno de sus miembros es capaz la mayor parte de las veces de imponer un método, un plan o discurso a seguir, aun cuando todos tengan el mismo derecho a decidir y participar? Si asumimos que vivimos en una era en la que la información y la comunicación son bienes primordiales, la capacidad de aportar información en una discusión puede llegar a ser sumamente desigual entre los miembros de una asamblea. Esto cobra importancia en nuestro contexto, por una parte debido a las recientes reformas a la Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal que incluyen el funcionamiento de por lo menos tres Asambleas Ciudadanas al año en cada Unidad Territorial en la que todos sus participantes tendrán derecho a voz, y por otra debido a muchos círculos de trabajo "autónomo" cerrados, que pasan por alto la desigualdad en los conocimientos. Que el gobierno o la empresa no participe en la asamblea no quiere decir que grupos dentro de ésta asuman una posición jerárquica.
El riesgo de estos dos aspectos consiste en de nuevo volver la igualdad una mera calidad jurídica ( una farsa) y no real. En definitiva la responsabilidad no es del gobierno, que bien podría usar esta herramienta para desestabilizar a distintas organizaciones sociales, sino de los miembros de esos grupos. No se trata de crear una igualdad "hacia abajo"(mantener el mismo nivel de ignorancia) sino de asegurar que todos los integrantes puedan tener en la medida de lo posible la misma capacidad para debatir. El reto de una organización que trabaja fuera de la institución es asegurar el máximo posible de libertades.
Para finalizar, hay que decir que la horizontalidad es únicamente una herramienta que puede permitir una organización más eficaz, que como herramienta adquiere un valor de utilidad pero no un valor moral. Una organización puede ser horizontal pero eso no dice mucho sobre su calidad ética o política, para ello basta ver el ejemplo del manual neonazi de resistencia sin líder.
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