Un estudio publicado en mayo de 2009 en la revista PLoS One, presentado en México por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), titulado “Dispersal of Transgenes trough Maize Seed Systems in Mexico” (Dispersión de transgenes a través de los sistemas de semillas de maíz en México), da cuenta sobre el avance de productos transgénicos en nuestro país, avance que ha sido propiciado por el gobierno mediante los programas de apoyo a campesinos, ya que la mayoría de las semillas entregadas provienen de Estados Unidos, las cuales han sido modificadas genéticamente.
El problema real con los productos transgénicos(especialmente el maíz para nuestro país) no tiene que ver con un asunto de pureza o de cierta visión "romántica" en la producción de alimentos(podría considerarse deseable obtener mejores alimentos o en mayores cantidades para hacer frente a una catástrofe, por ejemplo) sino con una cuestión de propiedad. Cuando se usan semillas transgénicas se obliga al campesino a seguir utilizando esas semillas, en un mecanismo circular en el que al trabajador del campo no le queda otra opción. Primero se le hace ver la necesidad de obtener cierto herbicida, para hacer frente a una plaga, pero se le hace ver a la vez que necesita semillas más resistentes para ese herbicida. Con esa operación el campesino se vuelve dependiente de ambos productos, y lo más grave es que sólo se le permite usar la semilla una vez.
Hay un caso que ha servido para ejemplicar la cuestión de la propiedad alimentaria. Percy Schmeiser, era un agricultor canadiense, que en 1997 descubrió que algunas de sus plantas eran resistentes a un herbicida, lo que sucedió fue que su sembradío había sido contaminado por otro vecino, que utilizaba semillas transgénicas. Se le llevó a juicio y se le condenó por comercializar las semillas sin contar con el respectivo permiso del propietario de la patente.
El problema real con los productos transgénicos(especialmente el maíz para nuestro país) no tiene que ver con un asunto de pureza o de cierta visión "romántica" en la producción de alimentos(podría considerarse deseable obtener mejores alimentos o en mayores cantidades para hacer frente a una catástrofe, por ejemplo) sino con una cuestión de propiedad. Cuando se usan semillas transgénicas se obliga al campesino a seguir utilizando esas semillas, en un mecanismo circular en el que al trabajador del campo no le queda otra opción. Primero se le hace ver la necesidad de obtener cierto herbicida, para hacer frente a una plaga, pero se le hace ver a la vez que necesita semillas más resistentes para ese herbicida. Con esa operación el campesino se vuelve dependiente de ambos productos, y lo más grave es que sólo se le permite usar la semilla una vez.
Hay un caso que ha servido para ejemplicar la cuestión de la propiedad alimentaria. Percy Schmeiser, era un agricultor canadiense, que en 1997 descubrió que algunas de sus plantas eran resistentes a un herbicida, lo que sucedió fue que su sembradío había sido contaminado por otro vecino, que utilizaba semillas transgénicas. Se le llevó a juicio y se le condenó por comercializar las semillas sin contar con el respectivo permiso del propietario de la patente.
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[] Noticia: Contaminación transgénica y despojo campesino