Para esta semana tenemos dos temas. En primer lugar la cinta J. Edgar, el trabajo más reciente de Clint Eastwood desde la silla de director. J. Edgar nos cuenta la historia de uno de los personajes más controvertidos del siglo XX estadounidense, John Edgar Hoover, fundador y por cuatro décadas director del FBI, famoso tanto por enfrentar a los gángsters más notables de los años veintes y treintas como John Dillinger, Frank Costello y Machine Gun Kelly, como por ser un acérrimo perseguidor de “comunistas y radicales”, y por el empleo de métodos ilegales para obtener información no sólo de criminales y activistas, sino de toda la élite política norteamericana.
La película corre en un juego continuo entre presente y pasado, pero siguiendo dos líneas muy claras: Por un lado la narración –desde la perspectiva de Hoover– del proceso de creación y desarrollo del FBI: las innovaciones administrativas, las batallas legales para ampliar la capacidad de operación de la institución, la introducción de la ciencia forense y los casos más emblemáticos. Por otro, un acercamiento a la vida privada del personaje, terreno en el que se exploran sus escasas y muy particulares relaciones personales, con momentos verdaderamente entrañables. Desde luego, es de destacarse la interpretación de Leonardo Di Caprio en el papel protagónico que evidentemente le valdrá una nominación al Oscar, y de un elenco dirigido magníficamente.
Otra cosa que creo pertinente apuntar es la manera en que Clint Eastwood retoma una tendencia que había interrumpido con sus dos últimas películas (Invictus y Más allá de la vida) pero que de alguna manera me parece que ha caracterizado su producción como director en la última década: Historias que hacen retratos de enorme valor estético e informativo sobre la historia y la cultura estadounidense, pero desde una perspectiva que apunta más bien a la cotidianidad y no a la grandilocuencia de los eventos y los personajes notables (aún en filmes que tratan de estos últimos, como Banderas de nuestros padres y el propio J. Edgar). Basta recordar cintas como Gran Torino, Golpes del destino o la fabulosa Río Místico, todas pinturas de un panorama estadounidense que no se ve tan a menudo en las producciones hollywoodenses. En fin, tengo la impresión de que J. Edgar puede resultar algo cansada por momentos muy breves, pero creo que es otra pieza altamente recomendable.
El segundo tema que me gustaría comentar brevemente es la entrega de los Golden Globes, que tuvo lugar el pasado domingo. The Descendants obtuvo el premio a la mejor película de drama, y su protagonista George Clooney el de mejor actor, incluso por encima del propio Di Caprio. Esta cinta trata de un padre familia que vive en Hawaii con sus dos hijas, con quienes tiene una relación complicada, y que se enfrenta a una terrible situación: su esposa se encuentra en coma en el hospital a raíz de un accidente. En medio de sus tribulaciones, se entera de que además de todo, su esposa le era infiel. No me queda muy claro cómo es que esta premisa pueda dar material para una gran película, y la verdad es que no me la creo teniendo en cuenta los antecedentes que comentábamos en semanas pasadas, pero habrá que verla.
En cuanto a la comedia y/o musical se impuso The Artist, una película muda ambientada en los años veinte, que nos cuenta la transición al cine sonoro y las tribulaciones de un actor víctima del cambio. Se ve estupenda, innovadora y entrañable, y me parece que será una de las principales contendientes rumbo al Oscar. De igual manera, su protagonista Jean Dujardin obtuvo el mejor actor de comedia.
Y por último hay que mencionar las dos categorías de mejor actriz. En drama Merryl Streep por su interpretación de Margaret Thatcher en The Iron Lady, y en comedia (¿?) Michelle Williams por su actuación como Marilyn Monroe en My Week with Marilyn. En una de las dos quedará el Oscar, pero está absolutamente de pronóstico reservado.
Muy atinados los comentarios. Sólo nos queda esperar a la entrega del Oscar.
Estupenda redacción. Expliquenle a algunos periodistas como hacer sus notas. Hasta me dieron ganas de ver la película que dirigio Eastwood.