Sí en todo Estado moderno, hay una línea que marca el punto en el que la decisión sobre la vida se hace decisión sobre la muerte y en que la biopolítica puede, así, transformarse en tanatopolítica, esta línea ya no se presenta hoy como una frontera fija que divide dos zonas claramente separadas: es más bien una línea movediza tras de la cual quedan situadas zonas más y más amplias de la vida social, en las que el soberano entra en una simbiosis cada vez más íntima no sólo con el jurista, sino también con el médico, con el científico, con el experto o con el sacerdote.
Homo Sacer es un libro que sirve como marco teórico para entender ciertos acontecimientos que suceden actualmente y que tienen que ver con la vida, la muerte y el control político que se ejerce sobre estas dos situaciones.
Lo que plantea el filósofo italiano a lo largo de su libro es lo siguiente: existe en la cultura occidental una figura, la del homo sacer, que en el derecho romano significaba la vida insacrificable(en un ritual religioso) que sin embargo podía ser suprimida por cualquier persona sin cometer homicidio. Nos encontramos frente a una nuda vida, es decir, sin categorías, una vida en cuanto tal que se asemeja a cualquier otra, la de una planta, animal, etc. Esta figura , del homo sacer, tiene su reflejo en la institución del soberano, como aquel que es capaz de estar dentro y fuera de la ley, mediante el estado de excepción y que es capaz de decidir sobre la vida y la muerte. El homo sacer se muestra con mayor claridad en los campos de concentración nazis, aquellos espacios en los que el poder se mostraba con mayor fuerza sobre la vida humana y la que el derecho y el hecho se funden en una sola categoría sin que sea posible determinar sus diferencias. El campo es, el lugar político en el que el poder soberano muestra todo su poder sobre la nuda vida.
"La violencia soberana no se funda, en verdad, sobre un pacto, sino sobre la inclusión exclusiva de la nuda vida en el Estado. Y, como el referente primero e inmediato del poder soberano es, en este sentido, esa vida a la que puede darse muerte, pero que es insacrificable, vida que tiene su paradigma en el homo sacer..."
Así, mediante el estudio de estos conceptos y su evolución histórica, Agamben analiza el desarrollo histórico del poder soberano, pasando por los regímenes totalitarios hasta las democracias modernas, y encuentra semejanzas entre ellas, dado que en ambas existe un control sobre la nuda vida de la población, es decir, existe una relación biopolítica entre el estado y sus gobernados.
De esa forma, las conclusiones a las que llega Agamben son brutales:
"Las organizaciones humanitarias que hoy flanquean de manera creciente a las organizaciones supranacionales, no pueden empero, comprender en última instancia la vida humana más que en la figura de la nuda vida o de la vida sagrada y por eso mantienen, a pesar suyo, una secreta solidaridad con las fuerzas a las que tendrían que combatir."
"En la biopolítica moderna, soberano es áquel que decide sobre el valor o disvalor de la vida en tanto que tal. "
"...en las democracias modernas es posible decir públicamente lo que los biopolíticos nazis no se atrevían a decir."
En imagen Giorgio Agamben