Se han vertido con profusión opiniones sobre la descalificación que Javier Sicilia hizo del Congreso de la Unión, al llamar a los legisladores “traidores”. La mayoría refiere la actitud de Sicilia como negativa: como un chantaje para defender sus intereses, como su politización, como su cerrazón. No nos interesa tanto defender la coherencia de Sicilia, como aprovechar para criticar esta cosa de la Ley de Seguridad Nacional. Revisaremos pues algunas. La primera es la opinión de José Contreras, el 8 de agosto, en la Crónica:
Javier Sicilia se colocó en la misma posición en que se encuentran los partidos autodenominados de izquierda y Andrés Manuel López Obrador, los cuales se oponen por sistema a la Ley de Seguridad Nacional, sea cual sea su contenido […]
El PT y un sector del PRD sacarán raja política de esta oposición prefabricada a una ley, cuyo contenido aún se desconoce, pues lo que se aprobó el pasado martes en la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados es sólo la envoltura o la cáscara […]
El PT y un sector del PRD sacarán raja política de esta oposición prefabricada a una ley, cuyo contenido aún se desconoce, pues lo que se aprobó el pasado martes en la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados es sólo la envoltura o la cáscara […]
La idea central del señor José Contreras, es que Javier Sicilia se ha politizado; se ha alineado con “esos partidos de izquierda” y con AMLO, por “esta oposición prefabricada a una ley, cuyo contenido aún se desconoce, pues lo que se aprobó… es la envoltura o la cáscara”.
Es una idea central bastante enferma. Explicamos: en primer lugar, a este individuo se le olvida que no sólo los partidos políticos tienen derecho al espacio público: a lo político. En segundo lugar, no tiene nada de extraño que la izquierda se oponga de forma sistemática a cualquier intento para reordenar esta barahúnda de país que tenemos, que privilegie la violencia (así sea la que ejerce el gobierno). Es posición de toda izquierda que el camino a privilegiar es la educación y la reforma económica. Y que Sicilia tampoco tenga mucha fe en nuevos mecanismos de violencia gubernamental parece bastante coherente.
Ahora bien; la parte que no tiene desperdicio es que considera el señor Contreras que es absurdo que se opongan contra haber aprobado “una envoltura” o “cascarón”. Pero si fuera absurdo, por no tener ningún contenido, entonces, ¿qué fregados se aprobó en lo general? Es obvio que tuvo que tener “algo”; una idea, una orientación; la orientación que precisamente dieron todos los artículos que serán discutidos en lo particular. Porque eso del “cascarón” o “envoltura”, así como una “forma pura”, inmaculada, prístina, sin inclinaciones ni materia, pues andarán muy metafísicos los ignaros diputados. Pero sigamos:
Se equivoca Javier Sicilia cuando dice que la Ley de Seguridad Nacional dará continuidad a la guerra contra la delincuencia organizada.
Se equivoca […] en segundo lugar, porque la continuidad de la guerra contra la delincuencia […] no tiene ninguna relación con las reformas a la Ley de Seguridad Nacional […]
Se equivoca […] en segundo lugar, porque la continuidad de la guerra contra la delincuencia […] no tiene ninguna relación con las reformas a la Ley de Seguridad Nacional […]
La eventual aprobación de las reformas no provocará que las fuerzas armadas salgan a la calle a combatir a la delincuencia organizada.
Las fuerzas armadas ya están en la calle como consecuencia de la incapacidad de las policías para cumplir con su trabajo, y ahora es necesario dar certidumbre jurídica a esa participación. Ése es el objetivo de las reformas a la Ley de Seguridad Nacional”.
Las fuerzas armadas ya están en la calle como consecuencia de la incapacidad de las policías para cumplir con su trabajo, y ahora es necesario dar certidumbre jurídica a esa participación. Ése es el objetivo de las reformas a la Ley de Seguridad Nacional”.
(Negritas añadidas).
Bueno, ¿está desquiciado el columnista? Básicamente ha dicho, “Es obvio que esta ley no dará continuidad a la guerra contra la delincuencia; la ley dará bases jurídicas para que los soldados sigan con la guerra. La diferencia es clara”.
Y por otra parte, a todos nos queda claro que esta guerra no será provocada por la ley: la dirección del espacio tiempo la tenemos muy presente, y es difícil que las leyes del futuro justifiquen las guerras del ayer. Las precisiones del columnista son innecesarias.
El temor de Sicilia, y el de muchos, es que, si el gobierno no ha tenido empacho en brincarse las leyes y militarizar el país, ahora que tenga pretexto jurídico, ¿con cuánta más violencia y atropellos se desempeñará la milicia?
les pido publicar y mantener informada a la comunidad activa sobre la LEY LABORAL que quiere imponer el congreso, es importante saber las porquerias que pretenden "hacer"