Esta comunidad nahua se enfrenta a su desaparición. Su principal río fue concesionado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a empresarios del municipio floricultor más importante del país, Villa Guerrero; mientras su tierra es despojada para la ampliación de una autopista que construye Grupo Carso, el consorcio del hombre más rico del mundo, Carlos Slim. También han perdido su lengua, erradicada ya de las nuevas generaciones.
Localizado en la verdosa cordillera del nevado de Toluca, San Pedro Tlanixco cuenta con alrededor de 4 mil 500 habitantes. La mayoría de ellos son campesinos; otros, albañiles. Las escasas oportunidades también lo convierten en un pueblo expulsor de migrantes: cada año, más nahuas emprenden el éxodo de la pobreza a Estados Unidos. La comunidad se está vaciando, comentan sus pobladores.
Los descendientes de los matlazincas, aunque hablantes del náhuatl, explican que su lucha comenzó hace más de 25 años, cuando inició el asedio contra sus montes y aguas. La primera movilización ocurrió en la década de 1980; entonces, se opusieron a la construcción de la autopista Tenango-Ixtapan de la Sal, que terminó por partir en dos la comunidad.
“Somos vistos como violentos, porque no nos dejamos. Tlanixco es ejemplo de todas las comunidades”, señala, en tono firme, un hombre que viste playera ligera a pesar del viento frío que caracteriza esta zona. Como él, todos los habitantes solicitan que sus nombres no sean revelados por temor a represalias.
Sus recelos no son infundandos. El Ministerio Público ha dado trámite a una averiguación previa donde Tlanixco es considerado “poblado terrorista”, revelan las copias del expediente PGR/TOL/V/017/2002.
A la entrada de la comunidad se observa una veintena de policías, algunos con armas largas y radios de intercomunicación; la mayoría, con lentes oscuros. Sus rasgos físicos, similares a los de los habitantes de Tlanixco. “Son policías estatales que están cuidando las obras de la autopista. Hace dos meses clausuramos las obras y nos mandaron 1 mil 500 policías; algunos se quedaron”, relatan los indígenas.
Tlanixco sólo será un ramal más. “Les va a dejar millones a los concesionarios”, señalan, indignados, mientras comen huevo con chile y tortillas de maíz azul que toman del comal.
Coinciden con su abogado, en que se enfrentan a personas “muy poderosas”: Grupo Carso y el gobernador Enrique Peña Nieto, “que pretende llegar a la Presidencia”. “Por eso, el actual gobernador va con todo, y los afectados somos nosotros, los mismos de siempre”.
Acusados por los ejidatarios de tener nexos con el “Grupo Atlacomulco”, los floricultores explican que a pesar de que aproximadamente 1 mil personas de Tlanixco trabajan como jornaleros en Villa Guerrero, los salarios no bajan de 150 pesos al día. “Estamos de acuerdo que no tienen seguro social, pero ganan más del (salario) mínimo”, justifican los empresarios.
Vestido con playera blanca tipo polo, zapatos negros recién lustrados, el presidente de la asociación comenta, con voz serena, que la gente de Tlanixco todo lo quiere arreglar con sangre: “Quieren espantarnos; nosotros somos 50, 60 mil gentes y ellos son más poquitos. Así como hay gente valiente allá, hay gente valiente aquí´”.
Agrega: “Nosotros hemos ido a otros países, a otras escuelas, hemos tenido un poquito más de estudio, somos pacíficos, somos gente ordenada; no nos interesa hacer disturbios. Una persona agredida dijo que si el gobierno no hacía nada, él iba a agarrar una escopeta e iba a ir a cazar a uno de esos” pobladores de Tlanixco.
Felipe Fuentes exige “más seguridad” en la zona. Considera que debido a la ampliación de la autopista (Tenango-Ixtapan de la Sal), las agresiones de los ejidatarios han aumentado. “No tengo noticias que contra nosotros, pero se pudo haber sabido que contra otra gente”.
En abril de 2003 murió en Tlanixco Alejandro Isaac Basso, presidente del Sistema de Agua de Riego del Río Texcaltengo, empresario de los floricultores de Villa Guerrero. Los medios locales reportaron un linchamiento perpetrado por los nahuas.
La versión de los ejidatarios de Tlanixco es que, a pesar de existir un amparo que no permitía el uso del río para ambas partes, una docena de floricultores subió a una ladera para hacer un recorrido, posteriormente fueron increpados por la gente de Tlanixco, “empiezan a hacer una especie de acuerdos (ambas partes); el señor (Alejandro Isaac) se molesta, resbala y cae al barranco”, aseguran.
Felipe Fuentes contradice esta versión. “Un grupo (de floricultores) va a hacer un recorrido para ver por qué ya no llegaba tanta agua del río; son sorprendidos por un grupo de gente de Tlanixco, los secuestran y se los llevan a todos e intentan ahorcarlos. Alguien dice que no lo hagan, y por eso sólo se llevan al ingeniero Isaac rumbo a una peña, de ahí, no sé si ya muerto, lo arrojan”.
Enlace:
[] Noticia: Etnocidio contra nahuas de Tlanixco.
Compañeros, el título de la nota alude a Atlixco, mientras la noticia es sobre Tlanixco.