Alejandro Landero Gutiérrez publica en la Crónica, una columna intitulada “México, potencia de hoy y mañana”. Transcribimos las partes relevantes:
“[…] La lectura del libro Los próximos cien años, del futurólogo George Friedman, dedica un capítulo completo al porvenir de México […] En el 2080 México estará en posibilidades reales de disputarle el poder global a los Estados Unidos, sostiene Friedman […]
Frente a los grandes desafíos de seguridad, educación y pobreza que tiene México estas afirmaciones parecen fuera de lugar. Sin embargo, hay varios datos interesantes a considerar.
México tiene un peso mundial cada vez más importante, debido no sólo a su privilegiada ubicación geopolítica y a su significativo peso demográfico, sino también a la importante trama de acuerdos comerciales con más de 50 países y a su destacada labor en grupos y foros internacionales como la OMC, la OCDE, la APEC, el G-5 y el G-20 […]
Hay empresas trasnacionales que están haciendo inversiones directas de gran escala en una decidida apuesta por México […]
Vivimos, además, en un régimen democrático, imperfecto, pero democrático en donde se han logrado revitalizar las instituciones que defienden la libertad, la transparencia y el equilibrio de poderes […]
En la obra de ficción de Friedman (o no sabemos en qué otro género se coloquen obras acerca del futuro), abrevó Landero Gutiérrez un optimismo muy patriota, y es entendible: sería muy agradable que esta predicción pseudocientífica fuese más precisa que la anterior de George Friedman, publicada en 1991 en su libro “Coming war with Japan” (“La Guerra que viene con Japón”), donde auguraba que Japón se expandiría en busca de territorios (como antes de la segunda guerra mundial) y que volvería a luchar contra Estados Unidos; sería agradable que México fuera una potencia, pero bueno, digamos que los antecedentes no le son favorables a Friedman…
Y para darse ánimos, Landero empieza a señalar argumentos que confirmarían la predicción zodiacal de Friedman: primero nos dice que México es importante por su ubicación “geopolítica” (lo cual no nos implicó esfuerzo alguno), por su “significativo peso demográfico” (lo cual nos implicó el esfuerzo de tener relaciones sexuales), por su “trama de acuerdos internacionales” (lo cual nos implicó el esfuerzo de NO poner impuestos a mercancías extranjeras) y su “destacada labor” en foros internacionales (¿Qué se ha obtenido?).
Después señala varios ejemplos de empresas trasnacionales y sus inversiones en México; empresas trasnacionales que se instalan en nuestro país por su atractiva carga impositiva (si contratas un buen abogado, no pagarás impuestos), y su escasa protección a los trabajadores. Y como si las utilidades de las empresas no se quedaran en una minoría; como si estas en verdad se derramaran en todo México; y luego celebra las instituciones democráticas, sí, las mismitas que llevan 40,000 muertos en una guerra contra sus propios ciudadanos.
Landero finaliza con esta joya: “[…] Otro dato importante dado a conocer por la OCDE, es que los mexicanos somos los más trabajadores del mundo por horas de jornada laboral. Ello quiere decir que el problema de México no es de pereza, sino de educación y tecnología para aumentar la productividad y el ingreso […]”
“Los mexicanos somos los más trabajadores del mundo por horas de jornada laboral. Ello quiere decir que el problema de México no es de pereza, sino de…” Y uno lee esta frase, y cree que Landero por fin dirá algo coherente. Algo que con medianía se apega a la realidad. Pero su deducción viene a hacernos llorar por las miras tan cortas de la tecnocracia: “el problema es de educación y tecnología para aumentar la productividad y el ingreso”.
El problema es de distribución de la riqueza. Esto se sabe tan de forma universal, es una obviedad tan clara, como que en México habita el hombre más rico del mundo. Y que el mexicano labore más que en cualquier otra parte del mundo tampoco es ninguna gracia; es sintomático de la rapacidad empresarial.
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No estas entendiendo lo que friedman queire decir. Esta diciendo que eeuu debe evitar que mexico este en condiciones de disputarle el poder global, ya sea absorbiendolo en una union norteamericana o saboteandolo.
La guerra contra el narco no es contra los ciudadanos. Tienes probleas de percepci+on.