El preclaro investigador Jean Meyer publica un balance sobre la figura de Gaddafi, como prototipo del egocéntrico líder sostenido por los intereses occidentales… pero sólo mientras sea redituable en el terreno económico.
No hay nada de altruista en el esfuerzo de los países desarrollados por contenerlo; nada noble en la defensa ante occidente que hace Gaddafi; si estamos en el entramado de la política, sólo podemos partir del prejuicio del cochinero tras ambos bandos, para no tener que tragarnos las palabras que sean esgrimidas a favor o en contra de determinado lado de la contienda.
Lo que parece definitivo es que Gaddafi será relegado de forma injusta y simplista, en la conciencia mayoritaria, a un simple demente similar a Idi Amin. Idi Amin fue el gigantesco (pesaba más de 100 kilos) dictador de Uganda durante la década de los setentas, y basta para entender su excentricidad el mote oficial que se cargaba: “Su Excelencia el Presidente Vitalicio, Mariscal de Campo Al Hadji Doctor Idi Amin, Señor de todas las bestias de la Tierra y de los peces del mar, Conquistador del Imperio Británico en África en General y Uganda en particular y Rey de Escocia.”
Enlace:
[] Noticia: César y perro loco: Gaddafi.
.jpg)
