El 14 de mayo de este año fue publicada una entrevista al presidente Calderón por el periódico español El País. Llama la atención su respuesta ante la pregunta “¿ha perdido México liderazgo frente a Brasil y usted frente a Lula?” Sin embargo, contextualicemos.
El señor Calderón es uno de esos políticos carismáticos; apenas se menciona a un “líder popular”, y ya todos pensamos en Calderón. Tan es así, que en el proemio de la entrevista, El País señala: “En sus discursos oficiales se le ve rígido, pero las pocas veces que baja a la arena a explicar su política se muestra elocuente y con ganas de convencer”.
Sin lugar a dudas, lo anterior es el perfil de un hombre que sabe dirigir a un país: sí, claro, en el discurso oficial se le ve poco natural, rígido, sin emoción, sin interés, sin conexión con la gente, ajeno a la situación; algunos dirán mecánico, otros más dirán que es robótico. Ah, pero cuando se trata del tú a tú, es cuando éste hombre demuestra de qué está hecho; es cuando Calderón demuestra por qué él, líder de masas, pudo enloquecer y arrastrar a la población mexicana, y así ganar la elección presidencial al resto de los candidatos que seguramente eran peleles aburridos, sin liderazgo y sin convicciones.
Sí, al presidente Calderón “se le ve rígido”, “pero […] cuando se baja a la arena”, se muestra “elocuente y con ganas de convencer”. Es decir, que cuando no se baja a la arena, no se muestra elocuente y con ganas de convencer (según desprendemos de la conjunción copulativa “pero” y su función coordinadora restrictiva). Así pues, según El País, nuestro presidente se muestra en los discursos oficiales sin ganas de convencer y sin la facultad para persuadir, conmover, o ya de pérdida deleitar. En pocas palabras, es una lata oír hablar a este señor.
Tras lo anterior, veamos qué opinó Felipe “El Agradable” Calderón, respecto al liderazgo de Lula: “Lula tiene un gran carisma y Brasil un gran liderazgo y nosotros no tenemos ningún (carisma ni ningún liderazgo. Nota del redactor) empacho en reconocerlo. ¡Qué bueno que lo tengan! Hacen falta liderazgos responsables. Pero México tiene su lugar y no tiene que disputárselo a nadie. […]”
Que México tenga un lugar no es mérito de Calderón, es mérito de la física y de la propiedad de todos los cuerpos para ocupar un lugar en el espacio. México también tiene una bandera, no sabemos por qué no mencionó ese dato. Fuera de eso, Felipe “El alma de la fiesta” Calderón es un estadista tan respetado, que así como no tuvo empacho en reconocer lo que Lula y Brasil se han convertido, El País no tuvo empacho en titular a la entrevista “No tengo ningún empacho en reconocer el liderazgo de Lula”. Es lo más relevante que el perspicaz Calderón pudo musitar.
Aquí nadie tiene empacho, qué bueno.
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[] Noticia: "No tengo ningún empacho en reconocer el liderazgo de Lula”