Vámonos y la Estrategia del Caracol

En la película colombiana "La estrategia del caracol" se narra la siguiente historia :

En una zona pobre de Bogotá los inquilinos de la Casa Uribe  van a ser desalojados de su vivienda ya que el propietario de la misma, una persona adinerada y prepotente,  pretende  convertir el inmueble en un bien cultural patrimonio del centro histórico. Los habitantes inconformes deciden llevar a cabo la "estrategia del caracol", es decir, sacar todos los muebles del edificio ( camas, eléctricos, y demás) a cuestas, poco a poco, para  después instalarse en otra zona de la ciudad.

La historia es ficticia pero representa la situación de muchos barrios en latinoamérica y está relacionada con notas que hemos publicado en este espacio.

Aun así, creemos que a todas éstas cuestiones sociales e injusticias se puede preguntar válidamente: ¿Bueno y a mí qué? ¿No es suficiente con mis problemas? La respuesta natural del Machetearte, por ejemplo, o de grupos políticos similares, sería algo así como: " pues sigan viendo la tele, enajenados y alejados de los problemas nacionales" y luego se irán preguntándose cómo es que nadie recibió su periódico lleno de cuestiones tan importantes para todos.

Pero es que en definitiva, muchos de estas publicaciones, eventos( y viene el foro mundial social en mayo de este año en el DF) y mítines no llegan al punto esencial de nuestros intereses. ¿De qué me sirve saber si el Banco Mundial, o Estados Unidos, o el Africom, hacen lo que quieren del mundo si mis necesidades básicas, y no sólo económicas, sino afectivas no están cubiertas? ¿Hemos visto o sentido el afecto sincero o dado algo con amor hacia otro?

Y bueno, no pensamos que lo mejor es que todos nos volvamos unos hippies para sólo creer en el amor. Pero si reconocemos que a final de cuentas somos un ícono de otros seres humanos, con la misma capacidad de sufrir y amar, la cuestión es diferente. Nos vemos reflejado en el otro, y entonces sabemos que es necesario   trabajar para que la mayor parte de los que son como nosotros puedan ser felices en algún punto de su vida, como quizá lo hayamos sido  en algún momento. Y ese debe ser nuestro punto de partida.

Regresando a la película, durante el desarollo de la misma se plantea la posibilidad de conseguir legalmente la estancia, o de reconocer que las leyes no son justas y encontrar otra salida, mientras vemos cómo con alegría y solidaridad, a pesar de los problemas, los vecinos  tratan de encontrar una solución. Al final gana la segunda postura, y todos deciden irse, luego de que en la primera escena un niño muere en un enfrentamiento entre la policía y algunos vecinos armados. Al final, burlaron el sistema legal y pudieron conservar su dignidad.

Terminamos,  en la misma tónica, no con alguna referencia a algún teórico social famoso, sino  con este extracto de la canción Vámonos del Rey de la música ranchera, José Alfredo Jímenez, que viene mucho al caso:

Vámonos/donde nadie nos juzgue/ donde nadie nos diga/ que hacemos mal/ Vámonos/ alejados del mundo/ Donde no haya justicia/ni leyes ni nada/ nomás nuestro amor...

Imagen: Los inquilinos, en el momento en el que terminan de sacar sus enseres.