La UNP ("Unión por un Movimiento Popular"), es actualmente el partido con mayor número de adherentes en Francia; el actual presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, proviene de dicho partido, y sus 309 diputados en la Asamblea Nacional (sobre 577) y 137 senadores (343), son reflejo claro del ímpetu que tiene actualmente la ideología conservadora en la política francesa.
La discusión actual se produce por los deseos del presidente Sarkozy de prohibir el uso del velo. Los matices se prevén sobre si habrá de hacerse de forma total, o bien, si se prohibirá sólo en lugares precisos. Las consideraciones de los legisladores de la UNP, empero, no surgen por el deseo de refrenar sus deseos de aniquilar otras formas de expresión cultural, sino simplemente para evitar que el Consejo Constitucional Francés o la Corte Europea de Derechos Humanos anule su decisión, como reconoce el presidente de la Asamblea Nacional, Bernard Accoyer; más alarmante aún, el jefe de los diputados de la UNP, Jean-Francois Copé, ha declarado que si se prohibe el uso del velo "sólo en situaciones precisas", podrá evitarse que la ley sea declarada nula, lo cual sería una "victoria para los extremistas que avanzan detrás de dicha burka". El mismo Accoyer ha dicho que es precipitado limitarse sólo a situaciones precisas, y se abstiene de abandonar el proyecto de prohibir al velo de forma total.
El ministro francés de la Industria, Christian Estrosi, a su vez propone que se avance en etapas para una ley que prohiba la burqa para "liberar a todas las mujeres que se sienten prisioneras, para formar un país donde las mujeres tienen libertades, y pueden andar con la cara descubierta", y que si se hace por etapas dicha prohibición, podrá obtenerse la unanimidad y el apoyo para "avanzar hacia esta gran ideal republicano".
No puede objetarse el deseo de que la mujer se vea libre de toda imposición machista como el uso del velo; sin embargo, las mujeres que decidieran usar el velo como parte de su identidad cultural, tampoco podrían hacerlo, lo cual es exactamente lo que se busca, es decir, será una prohibición que buscará destruir las identidades culturales ajenas a la Francia republicana según la mira Sarkozy. El uso del velo "atenta" contra la sobria y autóctona imagen de Francia, y como no les gusta verlo, lo quieren desaparecer.
La tragedia de los grupos conservadores estriba en su constante agresión a la diferencia; no buscan preservar sus ideas a través de la construcción,de la promoción libre de sus valores. Buscan preservar sus ideas con la aniquilación de los demás. No buscan convencer, buscan ser la única opción. Podemos hablar lo mismo del gobierno francés, que de las Iglesia Católica en México, pues las ideologías conservadoras creen que su mejor estrategia es descalificar a los demás, para después condenarlos y afirmar la identidad conservadora en la superioridad "republicana", o "moral", "nacional", etcétera.
El anterior argumento no implica que si la mayoría de los franceses comparte tal visión de conservadurismo paranoico, no estén en su derecho para darse tales leyes. Finalmente serán ellos los que asumirán las consecuencias.
La discusión actual se produce por los deseos del presidente Sarkozy de prohibir el uso del velo. Los matices se prevén sobre si habrá de hacerse de forma total, o bien, si se prohibirá sólo en lugares precisos. Las consideraciones de los legisladores de la UNP, empero, no surgen por el deseo de refrenar sus deseos de aniquilar otras formas de expresión cultural, sino simplemente para evitar que el Consejo Constitucional Francés o la Corte Europea de Derechos Humanos anule su decisión, como reconoce el presidente de la Asamblea Nacional, Bernard Accoyer; más alarmante aún, el jefe de los diputados de la UNP, Jean-Francois Copé, ha declarado que si se prohibe el uso del velo "sólo en situaciones precisas", podrá evitarse que la ley sea declarada nula, lo cual sería una "victoria para los extremistas que avanzan detrás de dicha burka". El mismo Accoyer ha dicho que es precipitado limitarse sólo a situaciones precisas, y se abstiene de abandonar el proyecto de prohibir al velo de forma total.
El ministro francés de la Industria, Christian Estrosi, a su vez propone que se avance en etapas para una ley que prohiba la burqa para "liberar a todas las mujeres que se sienten prisioneras, para formar un país donde las mujeres tienen libertades, y pueden andar con la cara descubierta", y que si se hace por etapas dicha prohibición, podrá obtenerse la unanimidad y el apoyo para "avanzar hacia esta gran ideal republicano".
No puede objetarse el deseo de que la mujer se vea libre de toda imposición machista como el uso del velo; sin embargo, las mujeres que decidieran usar el velo como parte de su identidad cultural, tampoco podrían hacerlo, lo cual es exactamente lo que se busca, es decir, será una prohibición que buscará destruir las identidades culturales ajenas a la Francia republicana según la mira Sarkozy. El uso del velo "atenta" contra la sobria y autóctona imagen de Francia, y como no les gusta verlo, lo quieren desaparecer.
La tragedia de los grupos conservadores estriba en su constante agresión a la diferencia; no buscan preservar sus ideas a través de la construcción,de la promoción libre de sus valores. Buscan preservar sus ideas con la aniquilación de los demás. No buscan convencer, buscan ser la única opción. Podemos hablar lo mismo del gobierno francés, que de las Iglesia Católica en México, pues las ideologías conservadoras creen que su mejor estrategia es descalificar a los demás, para después condenarlos y afirmar la identidad conservadora en la superioridad "republicana", o "moral", "nacional", etcétera.
El anterior argumento no implica que si la mayoría de los franceses comparte tal visión de conservadurismo paranoico, no estén en su derecho para darse tales leyes. Finalmente serán ellos los que asumirán las consecuencias.
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[] Noticia: Voile intégral: Copé revendique l´appui de Fillon
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