
El ejército es majestuoso, cívico y orgullo de la población el día 16 de sepitembre. Ahí, en el desfile, en el saludo al Presidente, en las fotos que la gente toma. Pero los demás días, nadie se alegra de ver a un militar en el retrovisor de su automovil, ni mucho ver al ebrio oficial castrense en las calles de Tacubaya o en las inmediaciones del actual Colegio Militar; el ejército es arbitrario, es irracional, intransigente y bestial. Esas características, óptimas quizá para un desempeño bélico ante una potencia extranjera, se despliegan contra propios mexicanos que, unos mejor armados (narcos) y otros un poco menos armados (como Ernestina Ascencio, la anciana indígena violada tumultuosamente por militares), lidian con una institución que, en México, ha sido más factor de desestabilización que de exitosa defensa contra extranjeros.
Ante el mismo salvajismo del narco, el primitivo gobierno contesta al mismo nivel: golpe por golpe. Pero no es un golpe certero: cada golpe del Estado es un golpe torpe, caótico, muchas veces contra sí mismo (policías contra policías, ex militares contra militares, funcionarios corruptos contra funcionarios corruptos) y que se descompone cada vez más. Aquí no hay un uso de la violencia de forma racional y selectiva, al menos no de parte del Estado.
¡Pero que bonito marchan!. Y bueno, no son los únicos. También aquí en el D.F. nuestros paladines de los cruceros hacen gala de sus artes motorizadas, y deleitaron a propios y extraños con una exhibición no vista desde la película "A toda máquina". Será una institución corrupta, poco efectiva, a ratos cobarde y siempre lenta, pero nos da un buen taco de ojo.
Por cierto, quedémonos tranquilos: el parte se reportó "sin novedad", según la nota. Otra valiente e inútil hazaña. Cabría preguntar si es acaso el mejor día para hacerlo, con la reciente balacera en el metro Balderas donde Esteban Cervantes Barrera y el policía Víctor Manuel Miranda Martínez perdieron la vida dando sentido a su misma vida es decir, muriendo con una razón, una buenísima razón. Sólo de imaginarnos que alguna tragedia hubiese ocurrido en la anteriormente mencionada exhibición, ¿cuál podría ser el encabezado? "Muere heroico policía al caer de pirámide humana"?
Ante el mismo salvajismo del narco, el primitivo gobierno contesta al mismo nivel: golpe por golpe. Pero no es un golpe certero: cada golpe del Estado es un golpe torpe, caótico, muchas veces contra sí mismo (policías contra policías, ex militares contra militares, funcionarios corruptos contra funcionarios corruptos) y que se descompone cada vez más. Aquí no hay un uso de la violencia de forma racional y selectiva, al menos no de parte del Estado.
¡Pero que bonito marchan!. Y bueno, no son los únicos. También aquí en el D.F. nuestros paladines de los cruceros hacen gala de sus artes motorizadas, y deleitaron a propios y extraños con una exhibición no vista desde la película "A toda máquina". Será una institución corrupta, poco efectiva, a ratos cobarde y siempre lenta, pero nos da un buen taco de ojo.
Por cierto, quedémonos tranquilos: el parte se reportó "sin novedad", según la nota. Otra valiente e inútil hazaña. Cabría preguntar si es acaso el mejor día para hacerlo, con la reciente balacera en el metro Balderas donde Esteban Cervantes Barrera y el policía Víctor Manuel Miranda Martínez perdieron la vida dando sentido a su misma vida es decir, muriendo con una razón, una buenísima razón. Sólo de imaginarnos que alguna tragedia hubiese ocurrido en la anteriormente mencionada exhibición, ¿cuál podría ser el encabezado? "Muere heroico policía al caer de pirámide humana"?
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