Las religiones entrañan un concepto muy simple: creer. Creer más allá de la razón, entregar la mente a un dogma y aceptarlo. No es la negación de la razón, sino que estamos ante una categoría del conocimiento ajena a las estructuras racionales, por ejemplo: si bien es irracional el panteón de dioses hindúes, o la resurrección de Jesucristo, este tipo de argumentos son irrelevantes porque la religión ofrece un sentido cósmico a todo, incluso a las facultades racionales, como bien señala el teólogo anglicano Theo Hobson.1
Ahora, hay que ser muy cuidadosos con el concepto de creer. Una cosa son las creencias dentro de una religión, y otra muy diferente las creencias dentro el plano racional. En este segundo plano, si bien es aceptable creer, la condición es que no pretendamos sacar de una creencia una verdad y, desafortunadamente, es esto lo que continuamente hacemos como estudiantes en al Facultad de Derecho.
He aquí algunas creencias sobre las cuales se han escrito libros y dictado clases con la intención de presentarlas como la verdad: Que el derecho positivo es la única forma de controlar al hombre en sociedad. Que el legislador representa a sus electores. Que aquel que rompe la ley atenta contra la sociedad. Que aquel que respeta todas las leyes es un ciudadano ejemplar. Que el incremento de penas disminuye la delincuencia. Y sobre todo esta: Que toda autoridad y acto de esta es legítimo si se hace conforme a la ley, porque esta ley la hicieron los legisladores y a los legisladores los elegimos. ¿Hemos en verdad meditado todo esto? ¿Acaso no hemos realizado nuestro aprendizaje en torno al dogma de la ley positiva? ¿Siempre ha sido la ley positiva el centro del derecho? ¿El Derecho en verdad nada tiene que ver con las normas morales?
Al no cuestionar y aceptar esos dogmas, nos colocamos en la de aquel que calla y obedece. Estudiamos lo que nos dicen que importa, lo que nos dicen que funciona. Y creemos que así es.
“O sea que, si no entiendo mal, haces y sabes por qué lo haces, pero no sabes por qué sabes que sabes lo que haces”. 2
1.Theo Hobson, “Camp, Decadent, Cowardly”publicado en el periódico inglés “The Guardian”, 4 de mayo de 2006.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, creer significa, en su primera acepción: “Tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado.”
2. Humberto Ecco, “El nombre de la rosa”, RBA Editories, S.A., 1993, pág. 196
Alfonso Galván Robles