A menudo, los movimientos sociales se valen de símbolos o de actos para llamar la atención sobre sus exigencias o sus ideales. El acto que se señala en la foto, es lo contrario a lo que se señala en el título. Es un símbolo de su tiempo-protestaban contra el racismo de su época-que exigía valentía, que puso en juego su carrera deportista, ya que fueron expulsados de esas olimpiadas y sufrieron amenazas de muerte en su país a su llegada. Este símbolo fue un éxito, los atletas lograron conmover a más personas para involucrarlas en su lucha, porque el símbolo no fue artificial, porque expresaban y mostraban precisamente lo que sucedía en sus vidas, en el entorno el que vivían.
Muchas manifestaciones que llenan las calles hoy en día carecen de la honestidad de sus propios organizadores para expresar lo que les sucede a ellos mismos, para expresar simbolicamente sus propias preocupaciones por lo que suelen resultar artificiales, pomposas, o rídiculas.
No existe una correspondencia entre el acto y las consecuencias del mismo. Dentro del cúmulo de manifestaciones podemos citar los desnudos colectivos, aventones ciudadanos, algunos actos que parecería fueran organizados por mera obligación institucional(mitin organizado por el CNTE,frente a la embajada de Chile, en México) la acampada en frente del senado para exigir la reforma política, etc. Incluso en alguna ocasión en la UNAM, se cerró una vialidad para exigir la liberación-que sólo se podría exigir a las autoridades estadounidenses- de Mumia Abu-Jamal.
Todos estos actos en lugar de expresar sus ideales, parece que gritan que sobran ganas y falta inteligencia, una mínima reflexión entre el acto y sus posibilidades de éxito.
El periodista Rafael Cardona, alguna vez dijo en una columna que cómo es que habiendo tantas buenas intenciones estamos tan mal. No nos sorprende el resultado.
.jpg)
