Influencias en los poderes públicos, mediáticos, empresariales o eclesiásticos (dicen que el obispo ortodoxo, Antonio Chedraui, ha sido algo así como su ángel de la guarda), justicia divina o terrenal (llana aplicación de la ley), pero el jueves pasado el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Distrito Federal salvó a Onésimo Cepeda de pisar la prisión.
Sobre el obispo de Ecatepec pesaba desde el 2008 una demanda penal por fraude procesal ante la presunción de haber falsificado un pagaré por 130 millones de dólares, supuestamente firmado por la señora Olga Azcárraga.
La existencia del pagaré sólo se explica en la existencia misma de medio centenar de obras de arte, increíblemente valoradas en una cantidad idéntica a la plasmada en el documento; pero también en el contexto de la disputa de la herencia de la señora Olga Azcárraga basada en el propio lote de pinturas de firmas famosas.
Lo novedoso del caso es que con el fallo anunciado el jueves pasado, que sella la inacción penal contra Onésimo, aparece un nuevo protagonista: El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Sergio Valls.
¿Y de dónde surge el nexo entre un obispo todo poder y un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?
La defensa legal de Arthinia Internacional y familiares de doña Olga Azcárraga explican los elementos para fincar su argumento y la próxima denuncia contra Valls por tráfico de influencias:
Primero, tienen conocimiento del acercamiento de Cepeda con el presidente de la Corte, Juan Silva Meza.
El ministro Valls, próximo a cumplir 70 años, organiza hace un mes una magna reunión en su natal Chiapas. Ahí se dan cita personajes de alta alcurnia, incluyendo a Roberto Gil Zuarth, secretario particular del Presidente Felipe Calderón, además de siete ministros.
Un invitado más era el obispo Onésimo Cepeda. Los abogados Arsenio Farell y Javier Olea estiman que ahí el prelado de Ecatepec planteó su negro panorama.
Por cierto, señalan, uno de los tres magistrados que participaron en el análisis de su caso, Manuel Baraibar Constantino, y que revocaron el amparo concedido el 8 de noviembre por el juez federal Jacinto Figueroa Salmorán, es chiapaneco.
De los otros dos, José Pablo Pérez Villalba votó en contra y solo Carlos Rueda Dávila asintió la medida contra Onésimo.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación respondió horas después que era falso que Valls instruyera a los magistrados para favorecer al denunciado.
Con el fallo a favor, señalaron los abogados, la parte acusada, ahora libre de cargos, tendrá ‘luz verde’ para solicitar el embargo de los bienes de la sucesión de Olga Azcárraga.
Entre estos bienes, cuyo valor oscila entre los 5 millones de dólares, pueden citarse acciones de la Sociedad Petunias, S. A., propietaria de un inmueble en el Condominio Punta Marina, en Zihuatanejo.
También un óleo del Dr. Atl, Gerardo Murillo, con título “Volcán en Erupción”, así como un departamento ubicado en Madrid.
La disputa por los bienes de doña Olga Azcárraga ha sido encarnizada, al grado que el principal objetivo de ella con la propiedad de obras de arte, ayudar a sacerdotes jóvenes o en retiro, fue olvidado.
Mientras muchos, cientos quizá, de sacerdotes necesitados esperaban en vano la acostumbrada ayuda de doña Olga, la batalla por la custodia de sus cuadros se encendía.
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