Huelgas del transporte público convocadas para protestar por medidas de austeridad gubernamentales causaron caos en Francia y Londres, el pasado 7 de septiembre, en lo que podría ser un preludio de una nueva ola de descontento social en Europa, desde España hasta la República Checa.
En Francia, los trabajadores alteraron el funcionamiento de trenes, aviones, hospitales y el correo, en medio de protestas masivas contra los planes gubernamentales de elevar la edad de jubilación.
La gente se lanzó a las calles en 220 ciudades, encendiendo luces de bengala y tocando tambores. En una pancarta en Marsella, en el sur, se apelaba a la solidaridad del continente: “¡Rechacemos los planes de austeridad!”.
El ministro del Trabajo, Eric Woerth, dijo que el plan era “valiente y razonable” y que el Estado tiene el deber de salvar al sistema de pensiones. Woerth ha dicho que el gobierno de Francia seguirá impulsando la reforma sin importar la fuerza de las protestas. Una sesión parlamentaria de preguntas tuvo que ser interrumpida brevemente cuando diputados comunistas protestaron frente al ministro.
Según los sondeos de opinión, dos tercios de los votantes creen que el plan del presidente francés Nicolas Sarkozy es injusto y apoyan la huelga, pero dos tercios también piensan que la jornada de paros no tendrá consecuencias.
“Nunca en la historia de encuestas el pueblo francés ha estado tan convencido de que hay una injusticia social”, dijo el analista político Roland Cayrol, de la universidad de Ciencias Políticas de París.
Al otro lado del Canal de la Mancha, empleados del metro en Londres, descontentos con los recortes de personal, suspendieron sus actividades.
Los trabajadores del servicio londinense de trenes subterráneos realizaron el primero de una serie de paros de 24 horas programados en los próximos meses para mostrar su descontento ante los recortes de personal. Gran parte del metro se paralizó. Miles de trabajadores de mantenimiento, conductores y personal administrativo que suspendieron sus actividades alegan que las reducciones empeorarán el servicio y la seguridad.