Tal fue el hilo conductor de un excelente curso de Teoría del Estado impartido por el maestro Miguel Ángel Mora Bravo, catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM; de la mano del libro "La Idea del Estado", del maestro Mario de la Cueva, se hizo una revisión amplia y esclarecedora sobre diversas doctrinas acerca del Estado. La ciertamente férrea disciplina con la que el Maestro Mora guió al grupo, permitió que expusiera con gran claridad sus precisas críticas a las diversas concepciones del Estado que se revisaron en el curso.
En la última clase, tras revisar el pensamiento de Herman Heller, y con base en su idea del Estado como un poder organizador, el maestro Mora, lacónicamente, refirió el siguiente concepto de lo que sí es el Estado: "La comunidad nacional jurídico-políticamente organizada de manera autónoma en un determinado territorio".
La anterior definición nos permite entender la situación crítica que se vive en diversas regiones del país: la comunicadora Denise Maerker nos relata su experiencia en una región del país donde dicha "comunidad nacional jurídico-políticamente organizada" no organiza nada, y abandona el lugar a los narcotraficantes, y de forma más alarmante aún, terminan por inspirar descrédito y ridículo a la población.
Cualquier persona con un pensamiento honesto habrá de reconocer que México, como Estado, no implica todo el territorio que el artículo 43 de la Constitución refiere; el Estado Mexicano ha sido gravemente reducido, a menos que se pretenda pensar en una definición de Estado que no implique la organización, el poder, la autonomía, soberanía, o conceptos afines. Lo que en la frontera de Guerrero y Michoacán acontece según la comunicadora, también se repite en la zona fronteriza del Estado de México con Guerrero, particularmente en el Cacahuananche, municipio de Tlatlaya, lo cual consta al presente redactor.
Ya no podemos hablar, en tales sitios -y otros muchos más- de la guerra del Estado contra el narco, sino, en consonancia con la terminología castrense que puerilmente utiliza el presente gobierno federal, conviene más bien referirnos a la declaración de municipios enteros, como ciudades y localidades "abiertas", lo cual quiere decir que el Estado renuncia a toda pretensión de control y defensa del terreno, y abandona la plaza a la buena voluntad del enemigo.
El asunto es grave, y pensar que la "guerra se va ganando", es creer que hay guerras que se ganan con el abandono de plazas y con la animadversión de la población.
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[] Noticia: La derrota.