Escritos que no han sido publicados, del escritor Franz Kafka, han pasado por una serie de peripicias y vuelcos a lo largo de los últimos años.
Cuando murió el escritor dejó en manos de su amigo y agente literario Max Brod, sus obras, al que le pidió que las quemará una vez que muriera. Brod incumplió y gracias a eso pudimos conocer El Proceso, El Castillo y América.
Brod huyó del régimen nazi y huyó a Tel Aviv, lugar en el que murió y dejó los documentos de Kafka a su secretaria Esther Hoffe. Esta mujer hizo lo que quiso con los escritos, aunque el testamento de Brod era claro en que debían ser entregados a la Biblioteca Nacional de Jerusalén o en última instancia a un archivo público en Isral o en el extranjero. Esther negoció con los documentos, los vendió, llegó hacer fraudes con ellos, y se hizo rica. "La joya más preciada de la herencia, el original de El proceso, reposa hoy en el Archivo de Literatura Alemana de Marbach. Batió el récord mundial del precio abonado en una puja por un manuscrito: Sotheby's lo adjudicó por 1,98 millones de dólares (1,32 millones de euros) en 1998."
Esa obra es ahora objeto de disputa ya que el testamento decía que esos escritos debían estar en el archivo de Jerusalén y no en Alemania, donde se encuentran ahora.
Entre los documentos que se dice existen estarían el diario del escritor, cartas, esquemas preliminares de futuras novelas y el manuscrito de una obra inacabada de nombre Preparativos de una boda en el campo.
Ahora existe preocupación sobre el estado actual de los documentos, ya que estuvieron un tiempo en casa de una de las hijas de Esther Hoffe, Eva, quien vivía en un apartamento descuidado repleto de gatos, lugar al que acude actualmente únicamente a alimentarlos.
El juicio en el que se decide sobre la propiedad de los documentos a favor de las hijas de Esther, se resolverá pronto.
Una historia digna del escritor.
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Cuando murió el escritor dejó en manos de su amigo y agente literario Max Brod, sus obras, al que le pidió que las quemará una vez que muriera. Brod incumplió y gracias a eso pudimos conocer El Proceso, El Castillo y América.
Brod huyó del régimen nazi y huyó a Tel Aviv, lugar en el que murió y dejó los documentos de Kafka a su secretaria Esther Hoffe. Esta mujer hizo lo que quiso con los escritos, aunque el testamento de Brod era claro en que debían ser entregados a la Biblioteca Nacional de Jerusalén o en última instancia a un archivo público en Isral o en el extranjero. Esther negoció con los documentos, los vendió, llegó hacer fraudes con ellos, y se hizo rica. "La joya más preciada de la herencia, el original de El proceso, reposa hoy en el Archivo de Literatura Alemana de Marbach. Batió el récord mundial del precio abonado en una puja por un manuscrito: Sotheby's lo adjudicó por 1,98 millones de dólares (1,32 millones de euros) en 1998."
Esa obra es ahora objeto de disputa ya que el testamento decía que esos escritos debían estar en el archivo de Jerusalén y no en Alemania, donde se encuentran ahora.
Entre los documentos que se dice existen estarían el diario del escritor, cartas, esquemas preliminares de futuras novelas y el manuscrito de una obra inacabada de nombre Preparativos de una boda en el campo.
Ahora existe preocupación sobre el estado actual de los documentos, ya que estuvieron un tiempo en casa de una de las hijas de Esther Hoffe, Eva, quien vivía en un apartamento descuidado repleto de gatos, lugar al que acude actualmente únicamente a alimentarlos.
El juicio en el que se decide sobre la propiedad de los documentos a favor de las hijas de Esther, se resolverá pronto.
Una historia digna del escritor.
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[] Noticia: Este culebrón es puro Kafka
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