No son simples actos aislados de odio racista los que ocurren en Italia, parece más bien el resurgimiento de la intolerancia a un nivel mucho más amplio en ese país.
Los datos muestran esta situación:
Silvio Berlusconi para ganar las elecciones tuvo que aliarse con grupos neofascistas: la Liga Norte y la Alianza Nacional, estos grupos progresivamente han tomado espacios institucionales y políticos. "La Liga entra al Ejecutivo con su 8%, que se traduce en varios ministerios, entre ellos el de Interior. Forza Nuova obtiene 108.837 sufragios. Y la amiga filofascista de Berlusconi, Daniela Santanché, llega al 2,4% aliada con Fiamma Tricolore."
Los ataques violentos han aumentado: "En tres años, de 2005 a 2008, se registraron 262 casos de violencia fascista contra jóvenes de los centros sociales, inmigrantes, gays, gitanos. Y más de cien actos vandálicos contra sedes de partido, lápidas y monumentos partisanos. Cada año, 600.000 italianos dejan su tarjeta de visita en la tumba de Benito Mussolini. Cada domingo, decenas de grupos de extrema derecha toman con sus gritos y su parafernalia nazi-fascista los centros de las ciudades con la excusa de animar a su equipo."
A estos grupos los une algo en común: "No tienen valores culturales ni políticos, salvo la discriminación, la xenofobia y el racismo".
Esto muestra la degeneración de la búsqueda de identidad, natural en el ser humano, ante la imposibilidad cada vez más fuerte de que nuestras sociedades impartan valores éticos, y sensibilicen al ser humano. El resultado es este, basar la vida propia en el odio hacia los otros.
Los datos muestran esta situación:
Silvio Berlusconi para ganar las elecciones tuvo que aliarse con grupos neofascistas: la Liga Norte y la Alianza Nacional, estos grupos progresivamente han tomado espacios institucionales y políticos. "La Liga entra al Ejecutivo con su 8%, que se traduce en varios ministerios, entre ellos el de Interior. Forza Nuova obtiene 108.837 sufragios. Y la amiga filofascista de Berlusconi, Daniela Santanché, llega al 2,4% aliada con Fiamma Tricolore."
Los ataques violentos han aumentado: "En tres años, de 2005 a 2008, se registraron 262 casos de violencia fascista contra jóvenes de los centros sociales, inmigrantes, gays, gitanos. Y más de cien actos vandálicos contra sedes de partido, lápidas y monumentos partisanos. Cada año, 600.000 italianos dejan su tarjeta de visita en la tumba de Benito Mussolini. Cada domingo, decenas de grupos de extrema derecha toman con sus gritos y su parafernalia nazi-fascista los centros de las ciudades con la excusa de animar a su equipo."
A estos grupos los une algo en común: "No tienen valores culturales ni políticos, salvo la discriminación, la xenofobia y el racismo".
Esto muestra la degeneración de la búsqueda de identidad, natural en el ser humano, ante la imposibilidad cada vez más fuerte de que nuestras sociedades impartan valores éticos, y sensibilicen al ser humano. El resultado es este, basar la vida propia en el odio hacia los otros.
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[] Noticia: El fascismo despierta en Italia