En una de las columnas de la Miscelánea Fénix, Jean Meyer analizaba el tema de las sequías y el pésimo manejo que se hace del agua en el país. Dice:
Las ciudades que albergan 75% de la nación no lo quieren saber, pero la mayor parte de México sufre una sequía que somete a los agricultores a una prueba terrible. Es el momento de la reflexión a largo plazo y de la inmediata solidaridad.
El crecimiento demográfico, pero más aún el crecimiento urbano, afecta las reservas en agua y, de manera irresponsable, en un frenesí de consumo, gastamos el agua a un ritmo insostenible. Se nos dice que el agua debe ir en prioridad al consumo humano. Lo puedo entender, pero no es lo mismo una familia que gastaba 100 litros al día en 1950 que una familia que gasta mil en 2011. La ciudad de México —que no se encuentra en la peor zona— sufre periódicamente escasez de agua. Sigue creciendo de manera incontrolada, ¿seguirá chupando el agua de regiones cada vez más lejanas? Las ciudades de nuestras zonas áridas ¿llegarán a ser ciudades fantasmas? Dicen que es la suerte que espera a Las Vegas, Phoenix y Los Ángeles, si no se miden.
El día de hoy, el secretario de Desarrollo Social (Sedesol), manifestó que son ya "dos millones 500 mil personas las que viven en mil 507 comunidades del país, quienes carecen de agua potable debido a la sequía, por lo que se han llevado plantas potabilizadoras, tanques de 10 mil litros y pipas, que en suma representan, hasta este momento, más de nueve millones de litros, para ayudarlos a superar este problema."
Al enfrentar heladas, inundaciones y sequía en el país “todo al mismo tiempo”, y la pérdida de más de 900 mil hectáreas de cultivos de maíz y de frijol, el funcionario ordenó a los delegados de la Sedesol en todo el país “a extremar el monitoreo y coordinación con las instancias de Protección Civil estatales y municipales para llevar ayuda a la población vulnerable por las bajas temperaturas y sequía”.
El funcionario señaló que las acciones ordenadas por el gobierno están encaminadas a mitigar el impacto de la sequía y la falta de agua potable, así como reordenar el esquema de cultivos y propiciar la siembra de otros más rentables y con menos consumo de agua.
El problema no es nada fácil de resolver, y como siempre, se requieren acciones a largo plazo para evitar una verdadera catástrofe en todo el país. Volvemos a lo dicho por Meyer:
¿Por qué no buscar del lado de las lluvias artificiales mediante nueva tecnología? Esperaremos que los gringos inventen o perfeccionen el método. ¿Para qué buscar? Les compraremos la tecnología y algún día proclamaremos con orgullo que este Nobel americano es nuestro, porque nació en México…
¿Qué esperamos para invertir en plantas desalinizadoras? Unas 13 mil funcionan en el mundo. ¿Cuántas en México? ¿Por qué tardamos tanto en tratar y reciclar nuestras aguas usadas, en captar el agua de las lluvias torrenciales que abruman ciudades como México y Guadalajara?Para enfrentar la permanencia, recurrencia y agravación de la sequía debemos repensar nuestra relación con el agua y con el espacio, inventar un nuevo modelo urbano, puesto que dejamos de vivir en pueblos chicos.