Seguimiento del caso Maciel

Los Legionarios emiten comunicado donde reconocen sus culpas y las de Maciel:
 

"Queremos pedir perdón a todas aquellas personas que lo acusaron en el pasado y a quienes no se dio crédito o no se supo escuchar, pues en su momento no podíamos imaginarnos estos comportamientos. Si resultase que ha habido alguna colaboración culpable, actuaremos según los principios de la justicia y caridad cristianas, responsabilizando de sus hechos a estas personas."
 

Bueno, hasta ahí todo parece excelente. Pero estos señores ya dejaron ver cuál va a ser su argumento teológico para defender su existencia: la clásica historia de san Pablo.
 

Dios se sirvió de San Pablo, el crudelísimo perseguidor de cristianos, y que según él toda su vida sufrió de una tentación de la que Dios nunca lo libró (se ignora cuál) para fundar sólidamente la Iglesia, junto con Pedro.

El fragmento del comunicado donde aplican tal argucia:
 

"Dios, en sus misteriosos designios, eligió al P. Maciel como instrumento para fundar la Legión de Cristo y el Movimiento Regnum Christi, y agradecemos a Dios el bien que realizó. A la vez, aceptamos con dolor que, ante la gravedad de sus faltas, no podemos mirar su persona como modelo
de vida cristiana o sacerdotal."
 

Es decir, procederán a la condenación de su fundador y atribuirán su obra a los "designios divinos". Nada más que eso es un sofisma, una petición de principio, pues no han probado que el movimiento de los legionarios sea bueno (ciertamente es enriquecedor de la Iglesia, pero no han probado que sea bueno). Además Pablo se arrepintió y creyó en Jesús, por lo cual, teológicamente, la obra de Pablo quedó justificada. Maciel parece que sólo se arrepintió de no haber fornicado con una zebra.

La gente compometida y de verdadera vocación, bien podrá integrarse a otros institutos de vida consagrada o sociedades de vida apostólica allende de los Legionarios, por lo que su desaparición "nada más" extinguirá la veta de oro que Maciel abrió para la Iglesia. Debe ser muy tajante la Iglesia y no tolerar a una institución corrompida y cómplice de delitos tan infamantes.