La Secretaría de la Función Pública dió por concluida la investigación al ex-director de la Lotería Nacional, Miguel Angel Jiménez, por el supuesto ofrecimiento de recursos de esa institución a favor de candidatos panistas de Campeche.
Esta investigación reitera la nula utilidad de este subórgano del órgano administrativo del Estado mexicano. Este baldón o adefesio jurídico creado desde tiempos del presidente De la Madrid, y que ha cambiado en diversas ocasiones de nomenclatura declaró que "aunque el ofrecimiento hubiese sido real, el hecho no se materializó. Entonces para nosotros la tentativa no es responsabilidad". Otra batea de babas: Tal vez sí se le ofreció, pero no pasó nada, a nadie se le causó perjuicio.
El doctor Ernesto Gutiérrez y González, en su celebérrimo libro Derecho administrativo y derecho administrativo al estilo mexicano, demuestra la aberración de los legisladores mexicanos (inducidos por el titular del ejecutivo en turno) al crear semejante secretaría.
El desaparecido maestro, inicia con una explicación del principio que da título a esta nota. Y establece que éste se traduce, dentro de la administración pública centralizada, en beneficios para el Estado y para los gobernados, pues se logra el ahorro en el gasto público y se evita la necesidad de resolver problemas de competencia.
Pero para los siempre aventurados legisladores, no tiene importancia la doctrina y de un plumazo crearon la Secretaría de la Contraloría General de la Federación, que en el año 2003 cambió de nombre a Secretaría de la Función Pública (la misma gata, pero revolcada), sin siquiera analizar que con esa acción, duplicaban las funciones de todas las demás secretarías de Estado, ya que en cada una existe un contralor y un oficial mayor, que desempeñan iguales funciones.
Pero para no negar la cruz de su parroquia, el gobierno federal aplicó el derecho administrativo al estilo mexicano, y aplicó el castigo clásico para este tipo de accciones, la separación (a iniciativa del mismo funcionario) del cargo para "no entorpecer las investigaciones".
No nos debe extrañar si al cabo de unos meses, este flamante funcionario se reincorpora a la administración púlbica centralizada, descentralizada, de alguna entidad, en el Congreso, etc... al puro estilo de la vieja (y nueva también) política mexicana: "Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error". Para muestra un botón, cuando el presidente Don Calderón apenas se reponía del terrible duelo que le provocó la "renuncia" de su secretario, doctor Luis Téllez Kuenzler, ya tenía su reservación en otra invención del gobierno: "grupo de asesores de la Presidencia" y que tuvo como desenlace la Presidencia del Consejo de la Bolsa Mexicana de Valores.
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