El nombre y el discurso no aseguran que exista una adecuación entre lo dicho y lo hecho. Este es el caso de la Fundación para la Libertad de Expresión que preside el empresario Armando Prida:
El empresario y editor poblano Armando Prida levantó una demanda civil contra los columnistas Mario Alberto Mejía y Arturo Rueda, dos de los más leídos, influyentes y creíbles en Puebla, y les exigió dinero en efectivo por haberle causado un daño moral.
Desconocemos si son los más creíbles como lo afirma Carlos Ramírez, pero lo cierto es que el motivo por el que se inició el proceso judicial en contra de los columnistas, es que ambos dieron a conocer los favores económicos que recibió Prida, de parte de Elba Esther Gordillo. La "maestra" pidió a cambio que el empresario impulsará la candidatura del senador Rafael Moreno Valle, a la gubernatura de la entidad federativa de Puebla. Por esas razones, el defensor de la libertad de prensa inició un proceso civil para detener la libertad la prensa.
En dicha Fundación también participa Jorge Carpizo, bien conocido por sus actos en contra del periodismo: quiso encarcelar al columnista policiaco Mario Munguía Matarili porque había ejercido su libertad de expresión y en su estilo irreverente escribió que la PGR de Carpizo era una “jaula de las locas”. También quiso encarcelar sin pruebas al columnista Juan Bustillos. Y demandó al columnista Miguel Badillo y al caricaturista Luis Carreño por haberlo criticado.
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En dicha Fundación también participa Jorge Carpizo, bien conocido por sus actos en contra del periodismo: quiso encarcelar al columnista policiaco Mario Munguía Matarili porque había ejercido su libertad de expresión y en su estilo irreverente escribió que la PGR de Carpizo era una “jaula de las locas”. También quiso encarcelar sin pruebas al columnista Juan Bustillos. Y demandó al columnista Miguel Badillo y al caricaturista Luis Carreño por haberlo criticado.
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[] Noticia: Prida, un monumento a la incongruencia moral.
Libertad de prensa empanizada
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