De acuerdo con un reporte publicado por el periódico La Jornada, la consejera del IFE, María Marván Laborde, advirtió que una de las constantes en las actuales elecciones es que las encuestas ya no sólo son hechas para dar estimaciones electorales, sino que son utilizadas como medio de propaganda. Leer más.
Según datos reportados por el instituto, del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas (125 en el periodo de precampaña, 181 en la intercampaña y 761 en la primera mitad de la campaña) derivados de 134 estudios registrados ante el IFE.
Según datos reportados por el instituto, del 15 de diciembre al 9 de mayo se han difundido los resultados de mil 67 encuestas (125 en el periodo de precampaña, 181 en la intercampaña y 761 en la primera mitad de la campaña) derivados de 134 estudios registrados ante el IFE.
Además, se contabilizaron mil 67 “encuestas originales” (publicadas por el medio contratante o realizador de la misma); 229 “reproducciones” y mil 31 “notas periodísticas” acerca de los sondeos.
Algo que contrasta enormemente con el proceso electoral del 2006, donde el número total de estudios para el mismo período, era apenas de 57 encuestas (según los datos de la información metodológica entregada al árbitro electoral).
Ahora bien, lo más trascendente y que destacó la consejera es que de las 16 empresas registradas la mayoría “no entrega la base de datos”. Información que, señaló, resulta indispensable para contrastar las respuestas de los consultados con las preferencias electorales que aparecen en los medios de comunicación.
El señalamiento de Marván, se dio justo después de que la encuesta hecha por Grupo Reforma del día 31 de Mayo colocó al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, a 4 puntos del candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, números que no cuadraron con otras encuestas, como el caso de la de GEA/ISA de Milenio, que lo colocaba con una ventaja de 20 puntos sobre el tabasqueño.
“¿Cómo pueden encuestas que dicen ser nacionales traer una 20 puntos de ventaja (de un candidato sobre otro) y otra cuatro? No es creíble. Eso quiere decir, necesariamente, que una de las dos miente.
Y si no nos están entregando metodologías –añadió–, la situación se vuelve más preocupante porque puede llevar a cierta confusión al electorado. Una encuesta seria no es propagandística.”
Según señaló Marván, de 2 mil 330 reportes (tanto de las encuestas originales como de los espacios informativos en que se difunden) están prácticamente vacíos los recuadros en los que se debería anotar pormenores del estudio de opinión.
Datos de recopilación (vivienda, telefónica, etcétera), método de muestreo, tamaño de la muestra, fraseo de la pregunta, porcentaje que no contestó, nivel de confianza, rango de error estadístico e incluso la fecha del levantamiento.
Igualmente, la consejera habló sobre las dificultades mismas que tiene el IFE para dar cabida a acciones que permitan poner límites a las casas encuestadoras.
“El organismo electoral sólo tiene la facultad de exhortar a los involucrados en irregularidades a que las subsanen, pero no para censurar resultados. Sólo da elementos con el fin de que el ciudadano valore si una encuesta es seria y profesional o no”
Adicionalmente, el IFE reportó que hasta ahora tiene, en promedio, información de 91 por ciento de las encuestas publicadas, es decir, de nueve por ciento no tiene nada.
Otro de los puntos que se ha referido de sobremanera en las redes sociales, tiene que ver con la alta tasa de rechazo que tienen muchas de ellas y lo cual, no se indica al momento de publicar los resultados en los diferentes periódicos o medios electrónicos.
“Lo que más preocupa es que no están entregando la tasa general de rechazo (los ciudadanos consultados que no quisieron responder); el software para el procesamiento de información y la base de datos; ésa no nos la quieren entregar nunca y la metodología para determinar la muestra aleatoria, lo cual es sustancial”, subrayó Marván.
En las conclusiones que presentó el instituto el jueves pasado aclara: “el presente informe no valida ni analiza la eficacia científica de los estudios publicados; simplemente ordena los elementos que le fueron presentados y expone su existencia y presentación ante la autoridad.
Los consejeros Marván, Alfredo Figueroa y Lorenzo Córdova, manifestaron su preocupación por la creciente publicación de supuestas tendencias de votación con deficiencias metodológicas.
La recomendación de Marván a la sociedad, es que simplemente se debe desconfiar de encuestas que no presenten estos datos.
“Le diría a los ciudadanos que desconfíen de una encuesta que no presenta base de datos, tasa de rechazo, el tamaño de la muestra o el margen de error”.
De otra manera, parecería que estas encuestas dejan de tener sentido de estimación y pasan a ser parte de la propaganda hecha en torno a un candidato.
Con información de La Jornada
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