[…] con esos comunicados respecto a “lo respetuosa que es la SCT de una transacción privada” lo único que se muestra es que los funcionarios no tienen la menor idea de lo que implica una concesión federal. ¿Cómo es posible que un servicio público concesionado, que por ley —constitucional— corresponde a la nación y al gobierno en turno su vigilancia, sea considerado por los “responsables” de esa función, “un asunto entre particulares”? Bueno, ¿de verdad creen que los ciudadanos no leemos la Constitución ni las leyes que de ella emanan? ¿Cómo es posible que la SCT haya claudicado de su función de autoridad y haya actuado con tal negligencia en el caso de la interrupción de los vuelos de Mexicana?
—Señorita: ¿lentes para leer?
La mujer me miró alarmada. Si le hubiera pedido cinco gramos de cocaína quizá no se habría sentido tan extrañada. Me largué después de decirle al menos una verdad que consistió en revelarle su majadería mediante varias majaderías. Otro almacén de reconocido prestigio:
—Señor: ¿lentes para leer?
Sé que no van a creerme, pero el hombre me respondió esto:
—¿Leer qué?
Me simpatizó de inmediato. Tenía razón: leer qué, un periódico, una novela, un poema, un letrero, en fin.
—En general. Leer letras más o menos pequeñas —le respondí.
Peña Nieto y Vázquez Mota, mantienen hasta ahora un discurso de continuidad con simples acentos en políticas, lo mismo. Únicamente López Obrador define un proyecto de cambio. No es predecible que alguno de los dos conservadores se muevan al cambio, aunque reconozcan su urgencia, porque dependen de los intereses de la continuidad. Más aún, el peso de la campaña de Peña Nieto está lejos de las ideas en la más vacua mercadotecnia manipuladora, centrada en la imagen maquillada del candidato y escenas idílicas, paupérrima telenovela.